El acusado reconoce que le hizo la maniobra del mataleón a la víctima porque no mantuvieron relaciones sexuales
Juicio del asesinato del Parque Amate
La víctima le había ofrecido relaciones sexuales a cambio de 20 euros y droga
Durante la primera jornada del tribunal del jurado que juzga el caso de la mujer asesinada y quemada en el Parque Amate en julio de 2017, el acusado, Miguel Ángel Fernández explicó que le realizó la maniobra del mataleón de una manera inconsciente "para inmovilizarla y que cumpla lo acordado". Esta es una técnica de estrangulaciónes sanguínea utilizada en arte marciales y deportes de combate.
El acusado reconoció que el día de los hechos, después de trabajar, acudió a comprar droga a un punto de venta de Los Pajaritos donde se encontró con la víctima, Pilar C. D. y quedaron en mantener relaciones sexuales a cambio de 20 euros y sustancias estupefacientes. "Más de una vez había buscado prostitutas, aunque otras veces coincidía con ellas en los sititos de compra y hacía como con Pilar", afirmó.
En concreto, la víctima y el acusado consumieron rebujo, una mezcla de heroína y cocaína en el interior del Parque Amate. Según Miguel Ángel Fernández, la propuesta de mantener relaciones a cambio de 20 euros y droga fue realizada por la víctima, sin embargo ir hasta el Parque Amate fue una sugerencia de él. Una vez allí, el acusado explicó que se realizaron tocamientos, estando él desnudo y ella con el pantalón quitado y un body puesto.
Para evitar el viento que les impedía fumar la droga utilizaron la manta, con la que posteriormente el cubrió el cadáver para quemarlo. Asimismo, explicó que usaron una gavilla de hierro como ayuda para hacer los tubos de papel de plata con los que inhalar la droga. En este utensilio se encontraron los restos de ADN que se identificaron posteriormente con los del acusado durante la instrucción de otro caso de violación en el que Miguel Ángel Fernández está a la espera de juicio.
En un momento determinado, mientras que estaban "consumiendo y con los tocamientos" empezaron a discutir porque, según él, la víctima se quería ir ante el temor de que los vigilantes que estaban cerrando el parque sobre la 01:00 los encontraran. "Yo quise que cumpliera lo que habíamos acordado, pero ella se puso los pantalones e intentó marcharse. Le hice la maniobra del mataleón de manera inconsciente y para que cumpliera lo acordado. No gritó. Con la mano derecha le cogí el cuello y con la izquierda le movía la cabeza para que reaccionara", afirmó el acusado.
Miguel Ángel Fernández reconoce que cuando ella estaba inmóvil, le arrancó la ropa y el body "para cumplir lo acordado" y que "en ningún momento llegué a penetrarla porque me di cuenta de que estaba muerta". Entonces, se quedó terminando de consumir la droga que le quedaba junto al cadáver y cuando se la terminó, saltó la valla del parque y fue comprar más para regresar al parque, donde ya al amanecer, quemó el cuerpo de Pilar C. D. "no sé por qué, porque no la violé". El acusado aseguró que en ningún momento pensó en pedir ayuda.
Aunque a preguntas de la fiscal el acusado dijo que no había tenido relación anteriormente con la víctima, en las respuestas a su abogado, dijo que había tenido una discusión anterior con ella porque no se pusieron de acuerdo en un tema de drogas. "Nunca pegué a Pilar", llegó a decir.
Antecedentes
La fiscal, María Ángeles González explicó en sus alegaciones iniciales que el acusado había cumplido condena de 9 años y seis y meses de prisión por una sentencia de la Audiencia de Mérida referida a una violación
La defensa, llevada a cabo por Miguel Rivera Casado, calificó los hechos como "complejos", teniendo en cuenta el entorno de "consumo de estupefacientes" y que su defendido "libre y voluntariamente" desistió mantener las relaciones sexuales pactadas con la fallecida cuando apreció que estaba muerta. Asimismo, durante su alegato inicial sostuvo la existencia de circunstancias atenuantes en el crimen por ser el acusado consumidor habitual de drogas.
El acusado se encuentra pendiente de otro juicio por una violación en el Parque del Tamarguillo cometido el 28 de agosto de 2017 en Sevilla, hechos por los que se sigue otra causa en el Juzgado de Instrucción número 17 de Sevilla. . Durante la fase de instrucción de este caso, Miguel Ángel Fernández firmó un consentimiento informado para la extracción de ADN que confirmó que el rastro encontrado en la gavilla de hierro hallada junto al cadáver de la mujer asesinada en el Parque Amate, le pertenecía. La fiscal solicitó la inclusión como pruebas de este consentimiento y del vídeo de la reconstrucción judicial de los hechos, que se visionó durante la vista oral.
El Ministerio Público solicita para el acusado 15 años de prisión por un delito de homicidio; 6 años de cárcel por un delito de agresión sexual en grado de tentativa con la agravante de reincidencia y 5 meses de prisión por un delito de profanación de cadáveres, así como que indemnice con 80.200 euros al hijo de la fallecida y con otros 80.200 euros a los padres de la víctima. Por su parte, la defensa pide la libre absolución.
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