Alaya abronca a la madre del bebé fallecido por llegar dos horas tarde al juicio
Juicio con prisión permanente revisable
El pediatra que atendió al bebé en Urgencias creyó inicialmente la versión de los padres de que se había "atragantado con la leche" pero luego se comprobó que tenía una lesión "compatible con un golpe de cierta intensidad"
La juez Mercedes Alaya, que preside el juicio con jurado popular contra los padres del bebé presuntamente maltratado que murió el 17 de junio de 2017 en el hospital Virgen Macarena, ha reprendido con vehemencia este miércoles a la madre, Ruth F. G., después de que esta acusada haya llegado con dos horas de retraso a la vista oral, lo que ha motivado la demora del mismo hasta que la madre pudo ser localizada por su defensa.
Nada más comenzar la vista, sobre las 12:00 horas, Alaya pidió a la acusada, que se enfrenta a una petición de 18 meses de cárcel por delitos de abandono de familia y malos tratos, que se sentara en el banquillo de los acusados, frente a ella -los acusados se suelen sentar junto a los abogados defensores en los juicios con jurado popular-, y fue entonces cuando le pidió explicaciones por el retraso. "Espero una explicación lógica y razonable para hacer esperar" al tribunal, le recriminó la juez a la madre. Ruth pidió disculpas por su tardanza y alegó que se encontraba "indispuesta" y había perdido el autobús de las siete de la mañana a Sevilla desde el pueblo donde reside, y el siguiente no salía hasta las tres de la tarde.
"Usted no es consciente de dónde está, ni parece recordar el motivo ni el objeto del juicio al que se está sometiendo. Lo que está poniendo de manifiesto es su total desprecio a la Administración de Justicia", le reprochó la magistrada a la procesada, que volvió a pedir disculpas a su señoría. La juez le recordó la gravedad de los hechos que se imputan a ambos progenitores, dado que su ex pareja, Bryan Steven R. G., se enfrenta a la prisión permanente revisadle por el asesinado del pequeño.
Mercedes Alaya zanjó la cuestión con una severa advertencia en caso de que vuelva a producirse un retraso al juicio de la madre, que tiene 21 años. "La próxima vez no voy a dudar al minuto 1 de oficiar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para decretar su busca y captura", concluyó Alaya.
"Un golpe de cierta intensidad"
Con esas dos horas de retraso, el juicio se inició con la declaración del pediatra que se hallaba en las urgencias del hospital Macarena el 12 de junio de 2017, cuando ingresó el bebé de seis meses. El pediatra ha explicado que inicialmente se creyó la versión que contaban los progenitores respecto a que el pequeño se había "atragantado" tomando la leche, pero las pruebas posteriores confirmaron que tenía una lesión en la cabeza "compatible con un golpe de cierta intensidad".
El testigo, el doctor Pedro T. B. ha indicado que a su ingreso en el hospital el bebé se hallaba con una "crisis de sofocación", en situación de "parada respiratoria y con latido débil". Los padres le dijeron que se había atragantado con la leche y el propio facultativo apreció leche en la boca y en la nariz, aunque no en la traquea.
En la exploración del niño descubrieron un cefalohematoma -acumulación de sangre bajo el cuero cabelludo- en el lado derecho del cráneo y una vez estabilizado el niño salió a preguntarle a los padres por esta lesión, dado que la "causa más frecuente es un traumatismo". Los padres negaron que el bebé se hubiera dado un golpe, aunque cuando la madre vio al niño, según el médico, se dirigió a su pareja diciéndole algo como "gordi, ¿qué le has hecho? o ¿qué le ha pasado?", pero el padre no respondió, ha indicado el pediatra.
Fue entonces cuando se le hizo una radiografía para ver si existía una lesión ósea, pero ésta no se visualizó, y después una ecografía cerebral. El cefalohematoma del niño, precisó el pediatra, era "compatible con un golpe de cierta intensidad", con un golpe con una superficie o incluso con una caída desde al menos 50 centímetros.
Tras realizarle un TAC craneal al día siguiente del ingreso, el 13 de junio", se comprobó que tenía "tres facturas craneales" en distintas zonas. Según la Fiscalía, las lesiones se las provocó el padre, con ánimo de causarle la muerte o sin importarle que muriera, y se produjeron tras apretarle la cabeza y "chocarla violentamente contra una superficie lisa y dura no determinada, al tiempo que lo zarandeaba de forma brusca y acelerada".
El doctor ha señalado que el niño tenía un "aspecto desnutrido", llegó con cinco kilos de peso, con anemia, y con un percentil del 3%, lo que indica que no ha habido una buena alimentación de no haber otras causas para esa situación. Además, los padres no habían acudido a tres citas médicas del servicio de neonatos, aunque los padres decían que no les habían llegado las citas.
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