La inmigración ilegal le cuesta un año en la cárcel a un camionero inocente que fue detenido en Écija
Tráfico de personas
La Audiencia de Sevilla absuelve a un marroquí de 66 años, que ha estado doce meses en prisión preventiva, al entender que no sabía que dos menores se habían colado en su camión para entrar en España
¿Por qué cae la inmigración irregular en Andalucía?
Ahmed O. es un camionero marroquí de 66 años que ha pasado los últimos doce meses en la cárcel, pero no ha cometido ningún delito. En junio de 2022, mientras transportaba 19.500 kilos de sandías y pimientos desde Tánger a Perpiñán (Francia), dos menores se escondieron en su remolque frigorífico para entrar ilegalmente en España y las autoridades pensaron que el conductor estaba al corriente. Fue detenido en una gasolinera de Écija. Allí terminó la resistencia de los polizones, que habían soportado una temperatura de 6,3 grados durante todo el viaje desde Marruecos y empezaron a golpear el contenedor porque o salían o morían. Tras ser descubiertos, la Policía Nacional detuvo al transportista. Después, la Fiscalía pidió que fuese condenado a seis años de cárcel por un delito de tráfico ilícito de migrantes. La Audiencia de Sevilla, sin embargo, lo acaba de absolver porque entiende que “son muchas las dudas” sobre su supuesta implicación en lo ocurrido.
El transportista llevaba en prisión preventiva desde el 11 de junio de 2022. Los hechos que el tribunal de la Sección Séptima declara probados ocurrieron en la tarde del día 10. Ahmed O. paró en la estación de servicio La Choza, en la autovía A-4, y un trabajador oyó entonces los golpes que estaban dando los dos jóvenes, uno de 17 años y otro de 16 y ambos marroquíes. La Policía Nacional comprobó después que ninguno tenía “documentación ni autorización alguna para entrar ni transitar por España”.
El camión había sido precintado dos días antes en Ait Amira (Marruecos), desde donde partió hacia Tánger. Allí se montó el acusado, que embarcó hacia Algeciras y pisó suelo español horas después. En el puerto gaditano superó todos los trámites y controles fitosanitarios en la mañana del 10 de junio, entre ellos los de Sanidad Vegetal. En ese momento se quitaron los precintos que traía, aunque “no consta acreditado que fueran” los que se habían colocado en Marruecos, y se le colocaron otros dos: uno de la empresa Docks Logistics Spain y otro de la empresa aduanera. Estos dos precintos fueron los que se retiraron cuando los menores fueron liberados.
Hasta ahí, los hechos. En la sentencia, dictada el 6 de junio y facilitada por la oficina de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la Sala declara que “la prueba practicada no se estima suficiente para el dictado de un fallo condenatorio debidamente motivado y rodeado de las necesarias garantías de certeza”.
“Los menores entraron en el territorio español ocultos en el interior de un camión y su remolque frigorífico”, relata la sentencia. En concreto estaban “en la parte inferior de un palé que a su vez tenía encima una caja de cartón que contenía sandías y otra de igual forma tapándola por la parte superior”.
Según la defensa, el acusado “nada sabía” acerca de su presencia y además había recibido el vehículo ya precintado, con lo cual no lo abrió ni inspeccionó. Además, el anterior conductor que había viajado desde Ait Amira a Tánger, llamado Mustafá, tuvo un “incidente” con dos menores “que se habían ocultado dentro”. No eran los que salieron en Écija, sino otros. La policía marroquí los sacó y después se selló el camión. Cuando Ahmed se hizo cargo del camión, “no vio su interior ni a ningún otro menor” hasta que fue avisado por el gasolinero de Écija. Para la Audiencia, esta tesis “se estima que resulta compatible” con las pruebas practicadas durante el juicio.
Basándose en la documentación de la causa, los jueces dan por cierto que los precintos se colocaron el 8 de junio en Ait Amira, a más de 800 kilómetros de Tánger. “Ello hace imposible sostener que el acusado conducía el vehículo desde el momento de dicho primer precinto ni que fuera el único conductor del camión durante todo su recorrido”, razonan. Además, el tacógrafo del camión registró que el procesado había sido el conductor que hizo el camino entre Tánger y Algeciras, “como él mismo ha sostenido”, añaden.
La Audiencia acepta la “existencia” de Mustafá, porque en la documentación del seguro del vehículo “consta un conductor con ese nombre”, y también ese suceso anterior vinculado a otros dos jóvenes. La defensa, de hecho, presentó el atestado de la policía marroquí sobre ese incidente. “Ciertamente” era una fotocopia, admite la Sala, pero “no fue impugnada” como prueba y relata que en el camión “entraron originariamente cuatro menores”. Dos fueron detectados en Marruecos y los otros dos “permanecieron en el interior más profundo de la carga sin ser vistos en aquel momento, por lo que el camión fue cerrado y sellado nuevamente con ellos dentro”.
Como circunstancia añadida para creer al acusado, el tribunal recuerda su “sorpresa” cuando descubrió a los menores. Así lo ratificó en el juicio el empleado de la gasolinera, quien refirió que el camionero “se echó las manos a la cabeza y le pidió que llamara a la policía”. La impresión del testigo fue que Ahmed O. “no sabía nada con anterioridad”.
Los menores "sortean quién entra en España"
Los menores admitieron en el juicio que accedieron al remolque no gracias al camionero, sino por “la fuerza”. También narraron que en su ciudad de origen “sortean entre varios quién entra en España y quién se queda”. El que se queda es “el encargado de cerrar el camión cuando los demás están dentro”. Para entrar subieron por las cajas de sandías “como unas escaleras” porque arriba había un “espacio” por el que llegaron al interior. Después vaciaron un palé, agujerearon su base y se ocultaron en el de abajo. Al final, sus compañeros (los descubiertos en Marruecos) volvieron a llenar el palé superior y lo colocaron encima. La Audiencia argumenta que los daños en las cajas pisoteadas, que en efecto eran visibles, no habrían existido “si el transportista hubiera introducido a los menores antes de cargar la mercancía”.
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