Los vinos de Cádiz desde la tierra de los centauros
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El empeño personal de Richard Golding y de su hija Natalia en una finca de Arcos de la Frontera empujan a la creación de vinos andaluces únicos con uvas Syrah, Tintilla, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot
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Las tierras helénicas de Tesalia es por donde corrían los musculosos centauros y esa figura mitológica da símbolo a la bodega gaditana de igual nombre. Una empresa en una idílica finca surgida del esfuerzo de una familia dedicada a la equitación y al deporte en general que quiso echar sus raíces en la sierra gaditana para extraer vinos inéditos y productos diferentes.
La Tesalia gaditana se levanta en viñedos sostenibles con un estudio pormenorizado para aprovechar los recursos hídricos (con pagos en forma de uve y viñas más elevadas de lo habitual en la zona jerezana) y cuidar la uva respecto a los cada vez más rigores meteorológicos extremos. La finca de más de 12 hectáreas se extiende por el valle del Guadalete, con vistas a la lluviosa sierra de Grazalema. El Torreón se yergue supremo ante los pueblos blancos.
Richard Golding, figura clave para el éxito de Schweppes en España y de la comercializadora deportiva Dorna, es quien junto a su hija Natalia han levantado esta bodega con tres marcas que se han asentado en el mercado y que resumen el empeño del equipo por crear vinos de personalidad y con tres perfiles bien diferenciados. Las viñas de Tesalia son de la autóctona Tintilla de Rota y de la difundida Cabernet Sauvignon más Syrah y la sutil Petit Verdot. Cada variedad tiene su vendimia y su fermentación. A su alrededor entrenan los caballos de la cuadra familiar que han recorrido el mundo en numerosos campeonatos de hípica.
La biodiversidad se ha despertado en el microclima de esta finca arcense, donde a lo largo de estos años de trabajo y sueños se han plantado 6.500 árboles. Una de las tres marcas lleva el nombre de Arx, por la localidad donde se encuentra esta Tesalia andaluza. Un vino de carácter impulsivo y elegante. De espíritu más joven es Iceni, etiquetado en nombre del brioso pueblo británico que se enfrentó a los romanos y que se imponían por sus impetuosas cuádrigas, los icenios.
Y la joya de la bodega, donde la Petit Verdot muestra su aclimatación acertada en la sierra gaditana, es el Tesalia, donde la uva gaditana añade esa personalidad del sur en un tinto de músculo. Vinos de Cádiz que sorprenden por su singularidad. El empeño del equipo de Golding es esmero y aprecio hacia las históricas tierras arcenses con modos actuales y renovados en la elaboración de vinos.
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