Victoria Federica recibe un cerdo como regalo en su puesta de largo

No ha deparado una alfombra roja de estilismos glamourosos, pero la fiesta de puesta de largo de Victoria Federica, la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, sí que ha propiciado varias anécdotas. La más llamativa, el regalo que, al parecer, más gustó, a la homenajeada: un cerdito vietnamita envuelto en la bandera española con el que la sobrina de Felipe VI no dudó en posar para las redes sociales de sus invitados. Como la de Beltrán Lozano, de 26 años, modelo y primo del rey Felipe VI: "Lobos por cerditos y caperucita igual de bella que siempre!!", afirma el joven junto a una foto suya junto a Victoria y su peculiar nueva mascota.

A punto de cumplir los 19 (el próximo septiembre), Vic, como la llaman sus más allegados, reunió a casi 300 invitados entre familia y amigos en una fiesta a la que no faltaron sus padres, su abuela la Reina Emérita Sofía, y su novio, el torero Gonzalo Caballero, ya recuperado de una cogida que sufrió hace pocas semanas. Entre los grandes ausentes, el Rey Don Juan Carlos, de quien se dice que Victoria es 'su ojito derecho'.

Lejos ya de aquella imagen de niña tímida y retraída, la hija de la infanta Elena se ha convertido en una joven rebelde, divertida y seguidora de las tendencias de moda. Para tan importante ocasión, no obstante, fue fiel a la tradición familiar y llevó un vestido largo rojo de Lorenzo Caprile, de escote en pico y flecos debajo del pecho.

A las ocho y media de la tarde del jueves dio comienzo el desfile de coches de los asistentes a la fiesta en El Chaparral, una finca situada en El Plantío, en La Escorzonera. Entre ellos, también su primo Juan Urdangarín, hijo de la infanta Elena e Iñaki Urdangarín, quien vino desde Ginebra, donde vive con su madre. Así como influencers, como María García de Jaime, Beltrán Lozano, Pati Crespo y Tomás Páramo, entre otros. De los últimos en llegar, sobre las diez, fue su hermano, Felipe Juan Froilán, que se ocultó de los fotógrafos en la parte trasera del automóvil, en el que iba acompañado de su novia, Mar Torres-Fontes, la heredera de los embutidos El Pozo y primera pareja conocida tras haber retomado su relación después de un parón.

Allí, en un interior decorado e iluminado por la empresa Aquilea (propiedad de las hermanas María, Marta y Cristina Barreiros), la fiesta arrancó con un catering, elaborado por Ciboulette, y que contó con varios platos estrella, como ensalada de vieiras y bogavante con langostinos, solomillo con foie acompañado de pimientos del piquillo y patatas paja, y la tarta árabe hecha con obleas que es el boccato di cardinale de esta empresa, que diseña un menú a medida de cada cliente. Algún plato asiático, como sushi, también hubo, a la vista de las imágenes que subieron a las redes amigos de Victoria Federica, en las que aparecían, además de con jarras de cerveza, con palillos.

Después llegó la fiesta, con mucha música y diversión, durante la que Victoria llegó incluso a subirse al escenario al ritmo de Juan Magán.