La ¿última? tentación

La última tentación, secuela de La isla de las tentaciones, volvió a reunir el miércoles a algunos de los protagonistas de las tres primeras ediciones. La mecánica, eso sí, es diferente: en vez de conocer a solteros/as, cinco concursantes se han instalado en Villa Playa con sus cuentas pendientes, es decir, sus ex novios, con los que además tienen que compartir habitación.

Mientras, muy cerca de ellos, sus actuales parejas no perderán detalle de lo que hagan. Como dijo Lucía, el grupo de los pringados y el de los otros.

Pocos reencuentros fueron tan intensos como el de Marina e Isaac. Desde que el catalán se marchó con Lucía, la sevillana no le había visto y se la vio muy nerviosa, sin querer siquiera mirarle. La primera noche se saldó con Isaac durmiendo en el suelo, y ella en la cama.

Mayka, de la segunda edición, se vio con Pablo, el asesino del osito de peluche Rosito quemado en la hoguera. A pesar de lo mal que quedaron entonces, Mayka ha confesado que ha intentado hace poco volver con su ex. Todo apunta a reconciliación.

Donde ya han saltado chispas es entre Andrea y Óscar. Se reencontraron en la primera hoguera y ya hubo sonrisitas, tonteos, miraditas... el próximo movimiento está claro.

Lo de Fani y Christofer es de expediente X. No sabemos qué ha pasado con Rubén para que no sea la cuenta pendiente de Fani y en su lugar haya acabado siendo un tal Julián, con el que tuvo sus más y sus menos en la primera edición.

Mucho decir Sandra Barneda que esto no va de tentaciones, sino de cuentas pendientes, pero en (casi) todos los casos huele a cuerno quemado. Temas habrá, eso seguro.