La princesa por la que suspiraban los monárquicos españoles para Felipe VI rompe amarras
Paz en la familia
Marta Luisa de Noruega, prometida con un chamán, abandona sus compromisos reales. Su futuro marido será aceptado por la familia pero sin vínculo institucional alguno
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La princesa Marta Luisa de Noruega fue durante los años 80 y 90 la pretendiente ideal para determinados monárquicos españoles en favor del corazón del Príncipe de Asturias. Antes incluso del noviazgo del actual Rey con Isabel Sartorius, que era desaprobado por el divorcio de los padres de la joven, los medios conservadores elaboraban las listas de princesas y ensalzaban a esas integrantes con las que podía desposarse el heredero de la Corona si seguía así las recomendaciones más exigentes de la Casa Real.
Tatiana de Liechtenstein y Marta Luisa de Noruega, por edad y perfiles, eran las dos candidatas por las que se trataba de convencer al entonces príncipe. Hubo incluso ensoñaciones en favor de Victoria de Suecia, la heredera de la corona sueca, descartada porque ella ya tenía un destino ineludible con país.
La excelente imagen de la reina Sofía impulsaba entonces la defensa en favor de una princesa, una descendiente de familia real, como cónyuge de Felipe de Borbón. Marta Luisa, tres años menor que el entonces príncipe de Asturias, nieta del rey Olaf y ojito derecho del actual monarca, Harald, era la mejor posicionada de las pretendientes reales, pero tanto uno como otra tenían sus planes diferentes a imposiciones oficiales. Y hasta una paisana noruega, Eva Sannum, llegó a estar en el corazón del actual monarca español. Por entonces Marta Luisa había renunciado a sus derechos para casarse con quien ella deseaba.
La princesa noruega, que ha cumplido 50 años, ha tenido una vida personal con tono tumultuoso a lo largo de estos decenios y este martes se publicaba el acuerdo por el que deja sus obligaciones dentro de la casa real noruega. Queda liberada así para casarse con su prometido, el curandero y director espiritual Durek Verret.
Su primer esposo, el escritor danés Ari Behn, con el que tuvo tres hijos, se suicidó en la Nochebuena de 2019, meses después de rubricar su divorcio y tras un carrusel de depresiones de ambos.
La experiencia con su primera pareja marcó a la princesa noruega que ha renunciado a sus deberes oficiales. "La princesa desea distinguir entre sus actividades personales y su vínculación con la Casa Real de Noruega, por lo que no llevará a cabo deberes oficiales", expresaba el comunicado firmado por el rey Harald. "El rey y la reina desean agradecer a la princesa Marta Luisa por el importante trabajo en su responsabilidad oficial durante varias décadas. Ha desempeñado sus deberes con calidez, cuidado y profundo compromiso", reza el comunicado en una despedida afectuosa.
Los cargos que tenía la Marta Luisa en ONG y entidades pasan a miembros de su familia, como el príncipe heredero Haakon y su esposa, Mette Marit. Además, no puede utilizar su título de "princesa" en favor de sus intereses particulares, como atraer clientes, ella o su marido, ni hablar de su pasado real. En las redes sociales, por ejemplo, ninguno de los dos podrán aludir a miembros de la familia real, ni en futuras producciones audiovisuales que pudieran producir.
El chamán no tendrá título alguno pero formará parte de la familia del rey cuando se case con su prometida. Podrá, por tanto, acudir a las reuniones familiares y formar parte de la comitiva en actos públicos, pero Verret nunca podrá ser representante de Noruega en solitario o en pareja en ningún momento. La Casa Real noruega acepta así el compromiso de la hija del rey Harald y recibe a su marido en el seno familiar, pero sin nexo institucional alguno.
"Para nosotros es crucial mantener nuestra relación de confianza con el pueblo noruego y, al mismo tiempo, proteger el bienestar de nuestra familia", ha sido la justificación de los reyes. Marta Luisa queda libre para sus quehaceres personales y sigue ligada a su familia, junto a sus hijos y su segundo marido, sin compromisos de representación.
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