Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Shakira y Jennifer López subieron la temperatura del Hard Rock Stadium de Miami durante el intermedio de la Super Bowl de este año. Super BowlLa edición 54 de la final de la NFL contó con las dos cantantes latinas unidas en su mítico espectáculo de medio tiempo haciendo un alegato de orgullo latino y femenino que no defraudó, como las dos grandes estrellas del espectáculo que son.
Con un Donal Trump ausente, la Super Bowl fue más hispana que nunca con la participación también de las estrellas de la música urbana J Balvin y Bad Bunny. Además, Emme Muñiz, hija de JLo y Marc Anthony, hizo su debut mundial como cantante, al liderar un coro de niños vestidos de blanco, mientras Shakira le tocaba la batería y su madre la acompañaba con una capa que inicialmente parecía ser la bandera estadounidense y terminó convirtiéndose en la de Puerto Rico, de donde son los cuatro abuelos de la niña.
El espectáculo, que duró 12 minutos, fue exactamente lo que ambas artistas habían prometido: una celebración de la cultura latina y un mensaje de unidad y de esperanza a la infancia, en especial a los niños de las minorías étnicas y demográficas en Estados Unidos, que esta semana arranca un polarizado proceso electoral para escoger al próximo presidente el próximo 3 de noviembre.
La primera en salir al escenario fue Shakira interpretando la versión inglesa de Loba vestida de rojo para levantar a todo el estadio. La aparición de Bad Bunny y un remix de Callaita y Chantaje incendió las gradas del Hard Rock Stadium. A la colombiana le dio tiempo, además de la batería, de tocar la guitarra.
JLo le daba el relevo con un traje negro de cuero para darle un toque más cañero a la puesta en escena. La artista del Bronx dio muchísimo juego al descanso subida la mayor parte del tiempo a una pole dance (barra de baile) desde la que demostró sus como bailarina al son de Mi gente y en compañía de J Balvin.
"¡Que bonita bandera! #SuperBowl. #Latinosrepresenting #halftimeshow", escribió en Instagram Ricky Martin. La propia Lady Gaga, quien poco antes había advertido sobre la actuación de Shakira y Jlo en la Super Bowl: "Será mejor que no escuche playblack", cambió de actitud tras verlas sobre el escenario alabando el buen hacer de "dos mujeres talentosas" y calificando el espectáculo de "increíble".
Shakira cantó con un puertorriqueño y López con un colombiano; una metáfora de la estrecha vinculación entre latinos en Estados Unidos. Las dos cantantes entonaron juntas Let's get Loud y el famoso Waka Waka que acompañó a la Selección Española de fútbol durante el Mundial de 2010. Bailaron y cantaron salsa, cumbia, merengue y reguetón. Aunque, más que las voces, brillaron las espectaculares coreografías, y el show se desarrolló casi íntegramente en inglés, ambas lograron el objetivo: dar un mensaje más de unión y compenetración entre los latinos, y de empoderamiento femenino.
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