"Lo que suelen decir de mi familia es mentira"

La madrina del Sicad 2010 explica en exclusiva a ete periódico aspectos de su perfil personal menos conocidos.

La artista confesó que es una gran amante de los caballos.
Ricardo Castillejo

28 de noviembre 2010 - 01:00

-¿Por qué no nos deja conocer un poco mejor a Latoya Jackson? ¿Qué suele hacer? ¿En qué le gusta invertir su tiempo?

-Mi día a día es maravilloso y estoy muy contenta por ello. Paso muchos momentos con mis sobrinos y me encanta salir por la noche y conducir durante horas.

-¿Está enamorada?

-No. No he encontrado aún a la persona adecuada.

-Es que debe ser difícil tener una existencia normal perteneciendo a la familia Jackson, ¿no?

-Bueno, es lo que me ha tocado. Lo normal para mí puede parecer excepcional a los demás.

-¿No le apetece tener hijos?

-He pensado en adoptar porque es una forma de echar una mano a otros.

-¿Cuál es el secreto de su belleza? Es sorprendente cómo se conserva…

-Pues no hago ejercicio. Supongo que debe ser la alimentación. No como carne. Sólo pollo y salmón ahumado.

-Parece poseer un carácter muy dulce. ¿Nunca se enfada?

-La ira es un sentimiento que nadie puede provocarte. Nace de ti y es una decisión personal. Yo prefiero elegir ser feliz. No voy a permitir que nadie cambie eso.

-Son muchas las leyendas que se cuentan sobre los Jackson… ¿Cuántas son verdad y cuántas no?

-En efecto, pasa eso pero estamos acostumbrados. Lo que sí puedo asegurarte que, aunque la mayoría de los comentarios son mentira, algunos duelen.

-¿Considera que un hermano como Michael Jackson puede llegar a suponer un obstáculo a la hora de que su propia carrera avance?

-Es la persona con más talento en el mundo. Nadie se le puede comparar. Está en otra galaxia.

-¿Ha pensado a qué se dedicaría si no perteneciera a la farándula?

-Bueno, soy policía. He arrestado a más de doscientos delincuentes relacionados con la droga u otros delitos.

-¿No cree que aquello de "el espectáculo debe continuar" es una filosofía vital demasiado dura?

-Es curioso que me hagas esa pregunta, porque es lo mismo que mis padres nos comentaban cuando éramos pequeñitos. Desde luego, he intentado llevarlo a la práctica.

-¿Lo haría también con sus propios hijos?

-Depende. En todo caso, les enseñaría a ser fuertes y continuar siempre adelante.

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