Un cambio radical
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Vuelve Verano Azul
Con Verano Azul la nostalgia araña un poco la piel de la memoria. Ha tenido la treintagésima parte de las reposiciones que sufren Los Simpson o La que se avecina, pero ha quedado en la memoria como la serie más repetida por la reiterada muerte de Antonio Ferrandis, del ficticio Chanquete, que no tenía el acento andaluz que debía tener un pescador malagueño. Chanquete se muere otra vez el día 26 de agosto, en el episodio 18 de Verano Azul que este jueves, a las 13.45, vuelve a reponerse en La 2.
Netflix anunció que se hacía con los derechos de la ficción. Pero no, la serie grabada en Nerja no sale de su casa y la cadena pública repone sus 19 episodios este mes de agosto. Así Chanquete volverá a acompañar a la audiencia. El episodio de la muerte (el penúltimo, Cuando un amigo se va) se ofreció por primera vez el 7 de febrero de 1982 y se repitió en el verano del 82, en 1987, 1994 (2 veces), 1995 (2 veces), y 2014, más una reposición anterior en el canal Trece.
En la escena, que forma parte de la historia de la televisión, el nerjeño Miguel Joven, Tito, se dirige al cadáver creyendo que de verdad Ferrandis había muerto. No engaña cuando mueve la barbilla en esos segundos terribles porque el fallecido director, Antonio Mercero, un gran director de niños, le había hecho creer la fatal noticia. La muerte de Chanquete junto a la de Franco y la de Félix Rodríguez de la Fuente marcaron a la generación infantil de los 70. Tito, por cierto no iba a ser Tito. Mercero, curtido por trabajos con rubicundos infantes en la también serie Crónicas de un pueblo o en La guerra de papá, no estaba convencido del Tito que se habían traído de Madrid; ni del segundo, el hijo del cámara Carlos de las Heras, al que se trató de probar. Ni Jorge Sanz, que se quedó en el casting. Finalmente aquel zagalillo que se arrimaba a los rodajes con bromas en alemán (es de madre alemana), con aquel “singermorguen, cantamañanas” que le decía a Mercero, se empapó con el rol y demostró que congeniaba con la vis cómica de su otro yo, el Piraña (el brillante Miguel A. Valero). Miguel Joven, cuyo padre era camarero del chiringuito de Ayo, que formaba parte del paisaje de la serie, ahora es el anfitrión de las rutas de Verano Azul por Nerja.
La actriz María Garralón evoca con una risa los distintos puntos de partida que se proponían en su momento para hacer una continuación de Verano azul. Los directivos de TVE se lamentaron durante mucho tiempo de la muerte del protagonista. Mercero, que trataba en la serie las experiencias que marcan a los adolescentes, quería incluir el primer encuentro con la muerte, evocando también un episodio de su propia infancia. Para una segunda parte de Verano azul se barajó que Chanquete volviera literalmente resucitado, apareciéndose de alguna manera al personaje de Julia. También se habló de recuperar el personaje como un hermano gemelo que había venido de Argentina.
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