Rocío Laffón, la fiel escudera de Victoria Federica
La joven sevillana, cuya familia son empresarios agrícolas, ganaderos e inmobiliarios, es la mejor amiga de la hija de la infanta Elena
Rocío Laffón Molina, la sevillana amiga insepable de Victoria Federica, tuvo su momento de gloria cuando el año pasado se enfrentó a los periodistas que seguían a la hija de la infanta Elena diciéndoles: "¡Dile a tus compañeros que preguntas no! ¡Preguntas nooo!" Más que "almas gemelas" ("soulmates"), como ellas se definen, son dama y escudera, pues Rochi siempre ha defendido a Vic a capa y espada, y tienen intereses comunes, como la moda, los toros, los viajes, la hípica y su amor por Sevilla, que han afianzado su amistad en los últimos años.
La posición social de Laffón es tan privilegiada –o casi– como la de Victoria Federica. Su padre es Manuel Laffón Parias, empresario agrícola, ganadero e inmobiliario, y muy aficionado a la hípica. Su hermana Inés, quien vive en Florencia, está casada con el futbolista Álvaro Odriozola, jugador de la Real Sociedad cedido a la Fiorentina.
Laffón integra, junto al matrimonio formado por los influencers María García de Jaime y Tomás Páramo, y en cierta forma también Tana Rivera, el círculo más cercano a la sobrina de Felipe VI, que se hacen llamar los Peaky Blinders en referencia a la serie de Netflix.
La última vez que se las vio juntas fue sin ir más lejos el último fin de semana en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, con motivo de las Fiestas de San Isidro. Ambas provocaron una oleda de críticas al ser captadas por los fotógrafos juntas en un patinete eléctrico. Por si fuera poco, ninguna llevaba casco. Según la nueva Ley de Tráfico que regula la conducción de este nuevo medio de locomoción, podrían haber sido multadas doblemente.
Es curioso que Rocío Laffón afirma que vive en Nueva York, aunque sus visitas a Madrid y Sevilla tienen que ser constantes puesto que se la ha visto también en la última Feria de Abril, por ejemplo. Desde luego no para quieta y es una gran aficionada a los viajes porque sus perfiles en redes sociales están repletos de fotos suyas en Perú, Boston, Miami, Nueva York, Washington, Florencia y Milán, entre muchas otras ciudades. También ha presumido alguna vez de las playas gaditanas de Sanlúcar de Barrameda y Conil.
Rocío cuenta con tan sólo algo más de 9.000 seguidores en Instagram, mientras la nieta de Don Juan Carlos acumula ya 183.000, como cualquier influencer que se precie y pese a que su cuenta sólo es pública desde hace unos meses. El perfil de la sevillana, aunque abierto, está más orientado a dar visibilidad a sus encuentros con amigos y sus viajes por medio mundo, y no es el propio de una influencer pues no es imagen ni promociona ninguna firma. Eso sí, ha hecho alguna colaboración con la firma de moda para eventos Teyssier Code.
En la Feria de Sevilla, en los toros en Madrid, en desfiles. Rocío Laffón sigue a Victoria Federica en numerosos eventos y tiene que saber qué relación la une al empresario Miguel Jiménez Pimentel, el joven con el que se especula que la hija de la infanta Elena y Marichalar podría estar de nuevo ilusionada.
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