La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Durante los últimos años se ha hablado mucho sobre Rocío Carrasco y Rocío Flores, madre e hija que llevan sin hablarse siete años. Ni una llamada de teléfono. Rocío y su hermano David no siquiera fueron a la boda de su madre con Fidel Albiac, nada. Primero rompió el vínculo ella y, cuando cumplió la mayoría de edad él; ambos se marcharon a vivir con su padre a Málaga, obviando toda relación con su progenitora. Mientras que Rocío Flores se adapta al clima de Honduras en el reality Supervivientes y cruza reproches con Yiya, estos días se han conocido más datos de la sentencia judicial que condenó a la joven cuando tenía 15 años por "malos tratos" a su madre.
Tras años de especulaciones, en las que la hija de Rocío Jurado nunca ha querido entrar y en medio de una guerra sin tregua con su ex y padre de sus hijos, Antonio David Flores, la web Vanitatis ha reunido en un especial los datos del litigio que separó para siempre (al menos por el momento) a la hija y la nieta de Rocío Jurado. Aunque a veces se ha querido dar a entender que Rociíito renunció de forma voluntaria a la custodia de sus hijos, al parecer la realidad dista bastante de esto.
La frágil paz en el hogar de los Carrasco-Albiac saltó por los aires definitivamente el 27 de julio del año 2012 cuando, según indica la sentencia, por culpa de una nectarina, Rocío Flores agredió a su madre, que tuvo que ser atendida de varias lesiones. "Le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas", señala el documento.
Pero la situación se enmaraña aún más, lo que permite hacerse una idea de la complicada situación familiar. Aunque Rocío Flores le pidió al chófer que la llevase a la Guardia Civil, este se negó y la trasladó al colegio donde estudiaba. Allí la menor, que por aquel entonces tenía 15 años, insistió de nuevo a sus profesores en que tenía que acudir al cuartel y al hospital, pero no se le permitió, según se recoge en las declaraciones ante el juez. Como la menor había avisado a su padre, desde Málaga él envió al colegio a varios amigos con la pretensión de llevarse a la adolescente del centro, algo que en un principio no le permitieron, pero que finalmente logró.
Esta pareja de amigos también fue llamada a declarar y aseguró que Rocío Flores les había contado "entre sollozos que su madre le había pegado" y uno de ellos recuerda que tenía restos de nectarina en el pelo y "arañazos" en las piernas. Algo que no apreciaron ni los profesores del centro ni el conductor que la llevó allí. Horas después, siempre conforme la sentencia, Antonio David Flores acompañó a su hija a la Guardia Civil para denunciar a Rocío Carrasco. Pero finalmente sería ella la que sería condenada por una jueza por un delito de "maltrato habitual", explicando en el auto judicial que esto se venía produciendo "desde hace aproximadamente tres años, y de forma reiterada, viene atentando contra la paz familiar", destacando que no se trataba de un hecho aislado, como sí fue lo ocurrido el 27 de julio. En esa caso Rocío Carrasco presentó un parte de lesiones en el que se estimaba que sus daños físicos concordaban con lo que ella describía había ocurrido con su hija esa misma mañana, mientras que en el caso de la menor, tras una exploración física, los médicos aseguraron que los moratones que presentaba en las piernas eran de hacía días y que no tenía más lesiones.
La sentencia también señala que Rocío Flores sería la autora de "una falta continuada de amenazas y de una falta continuada de injurias". Antonio David Flores recurrió esta demanda en la Audiencia Provincial de Madrid, pero se desestimó. Desde finales de julio, Rocío Flores se trasladó a vivir con su padre y su mujer, Olga Moreno. La relación entre madre e hija nunca volvió a retomarse desde este episodio, aunque no se sabe si ha habido algún tipo de contacto entre ellas después de que la Justicia ordenase la "separación física temporal entre ellas".
Ajena a que esta información haya visto la luz, Rocío hija asegura en Honduras que echa de menos a su novio, y "el sexo". También a su familia, aseguró riéndose, pero de su madre, nada de nada. Cero.
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