Un cambio radical
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Sorprendentes declaraciones
El Tribunal Superior de Justicia ha ratificado la absolución de Rafael Amargo para el que se pedía nueve años de cárcel por un presunto delito de tráfico de drogas. El bailarín, que ahora es un hombre libre, ha pasado un tiempo entre rejas que ha aprovechado para formarse y escribir un libro. Amargo ha reaparecido en el programa Fiesta para hablar de su paso por la cárcel y del dictamen del Tribunal Superior de Justicia que ha dejado sin efecto su condena.
El granadino se considera una víctima de unos problemas judiciales que le han acarreado numerosos contratiempos a nivel personal. “No me merezco esto. A otro le pasa esto y a los dos días se muere. Alguien me tiene un rencor o un odio… Mi padre estaba a punto de fallecer y me dijo ‘hijo, no me muero hasta que te vea feliz’. Mi padre, todos los días conmigo. No entiendo tanta maldad”, ha contado en el programa presentado por Emma García.
Amargo ha expuesto los motivos de sus problemas con la justicia, una situación que ha acabado con el artista viviendo en Buenos Aires y vendiendo parte de su patrimonio para poder salir hacia delante. “Allí soy el Rafael Amargo que dejé porque no han visto lo que ha pasado aquí. Aquí no me quieren ni de colaborador, es un desastre”, ha manifestado.
El bailarín ha sorprendido con unas declaraciones en las que apunta una presunta causa de la persecución hacia su persona. “No me merezco esto. No me han dejado venir a hablar ni gratis. Me han costado mi red social desde el Gobierno de España. He provocado muchísimas envidias. No me he querido acostar con personas que no me ha dado la gana acostarme, por ahí viene todo”, ha explicado.
El artista ha reconocido que ha echado en falta el apoyo de algunos de sus amigos, entre ellos Nacho Cano. “Le adoro, es mi hermano, no me ha apoyado. No pasa nada, yo después le he dado su abrazo y le he ayudado”, ha finalizado.
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