Un cambio radical
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Ante la enfermedad de su padre
El Reino Unido está conmocionado tras anunciarse este lunes que el rey Carlos III sufre cáncer. Una enfermedad que ha aparecido año y medio después de la proclamación como monarca, a sus 75 años, y que le obliga a permanecer fuera de sus obligaciones por un tiempo indeterminado. La noticia saltaba ayer cuando hace una semana había sido intervenido de una afección en la próstata, glándula donde no está localizado el cáncer, se aclaraba en el anuncio. La reina consorte Camila adquiere más obligaciones en esta convalecencia como sucede con el príncipe de Gales, con la recuperación de su esposa de una histerectomía.
Ante la consternación general, el príncipe Enrique ha reaccionado de forma inmediata y este martes partía desde Los Ángeles, donde reside junto a su esposa, Meghan Markle, y sus hijos, para personarse en Londres y estar junto a su familia. El rey está siendo tratado desde este lunes, al anunciarse su enfermedad, y comunicó personalmente a su hijo menor de lo que sucedía.
Antes de estas circunstancias se había producido un acercamiento entre el duque de Sussex y su padre, con una llamada por su cumpleaños en noviembre, aproximación más firme ante el previsto ingreso del monarca. Carlos III había roto relaciones con su hijo a raíz de la publicación de su polémico libro de memorias, En la sombra, y en su coronación el pasado mayo Enrique acudió sin la presencia de su esposa. Tras el anuncio que hicieron a principios de 2020 de renunciar a sus compromisos oficiales con la Corona, el llamado Sussexgate, el hermano del príncipe de Gales pasaba a ocupar un lejano segundo plano en los actos institucionales.
Enrique llegaba a Londres a primera hora de la tarde. A la capital británica no acudía desde septiembre, con motivo del primer aniversario del fallecimiento de su abuela la reina Isabel II. Por entonces se produjo la negativa a que se alojara en el castillo de Windsor por no haberlo comunicado con antelación (el duque está obligado a anunciar su alojamiento en cualquier parte del Reino Unido con antelación, por su comitiva de seguridad). Lo que hubiera supuesto la ruptura familiar definitiva se templó con la mencionada llamada en noviembre, en la que Carlos III escuchó a sus nietos. En esta nueva situación Enrique puede contar con un renovado papel en la familia ante la crisis que acecha por la grave dolencia paterna.
Enrique de Inglaterra dormirá en estos días en una residencia real, lo que se contemplaría como un gesto simbólico de reconciliación y nueva relación en la familia y una nueva etapa del duque de Sussex en relación con el entorno de Buckingham, señalan medios británicos.
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