"No soy presentador ni actor; cuando el programa acabe, seguiré cocinando"
JORDI CRUZ
El chef tres estrellas Michelin del ABaC y jurado de 'Masterchef' no se ve en la televisión en un plazo largo de tiempo, aunque sí entre los fogones de su restaurante, su auténtica vida
A Jordi Cruz, el chef tres estrellas Michelin del ABaC y miembro del jurado de MasterChef, la fama le precede: de exigente, de serio, de duro, de tenaz, de polémico. "Me dicen de todo por la calle, ya estoy acostumbrado", bromea. Cierto que a lo largo de las ediciones del programa de La 1, el encorsetado cocinero se ha ido soltando, a la vez que se ha vuelto más "blandito". Eso sí, sin perder ni un ápice de la rigurosidad que lo han llevado al reservado olimpo de los triestrellados, cada vez se siente más cerca del espectador. Embajador de la nueva cerveza San Miguel Especial, una cerveza equilibrada, fresca y con un ligero toque de amargor con la que el propio Jordi Cruz se identifica.
-¿Cómo es San Miguel Especial, la cerveza a la que presta su imagen y cuyo 'spot' protagoniza?
-En boca, San Miguel Especial resulta equilibrada, con un agradable amargor y unas sutiles notas tostadas de la cebada malteada, maridando a la perfección con los sabores innovadores que busco para crear una cocina que persigue la excelencia. Me he inspirado en la nota de cata de esta cerveza a la hora elaborar una receta de Steak Tartar con helado de mostaza y encurtidos, por ejemplo.
-¿Cómo valora la sexta edición de MasterChef que actualmente se está emitiendo?
-Está teniendo buena acogida, nos ve bastante gente. Eso se nota cuando viajamos a algún sitio para hacer una prueba de exteriores, que casi siempre hay gente esperando para ver el rodaje. Ahora estamos grabando MasterChef Celebrity,¡no paramos!
-Tienen edición de adultos, de niños, de celebrities. ¿Lleva bien que casi cuando acaba una, ya estén rodando la siguiente?, ¿no es muy duro tanto rodaje?
-Sí, los rodajes nos ocupan mucho tiempo pero es relativamente sencillo cuando detrás tienes un equipo tan bueno. Todo va sobre ruedas, está preparado de antemano y no perdemos un segundo. Generalmente me ocupa unos cuatro días a la semana; esos días son agotadores porque tengo que compaginarlo con el restaurante.
-¿De dónde saca tiempo para llevar también el ABaC?
-Sí, no tengo tiempo ni de ir al dentista (risas). A estas alturas en el restaurante formamos un equipo muy cohesionado que funciona como la maquinaria de un reloj; todos saben su función. Esto no quita que yo tenga que estar ahí... hay clientes que se extrañan cuando entran y me ven trabajando... Soy cocinero, ¿dónde voy a estar?
-Cuando le propusieron hacer MasterChef al principio, ¿lo vio como una forma de promocionar su trabajo?
-Sí, mi trabajo y el del resto de chefs, más bien como una manera de promocionar nuestra gastronomía, nuestros productos, el trabajo de calidad que se hace aquí, en España. Apoyamos también un turismo de calidad. Hay toda una generación que ha crecido viendo MasterChef, y muchos de esos niños de mayores quieren ser cocineros. Damos visibilidad a una profesión que antes quizás no se dejaba ver demasiado, porque siempre estamos entre fogones. Con MasterChef tenemos una difusión bestial, llegamos a casi tres millones de personas.
-¿Cómo se ve dentro de diez, o veinte años? ¿Se ve con un programa propio de cocina?
-Yo no soy presentador, ni tampoco actor. Dentro de ese porrón de años, ¿quién sabe? Cuando MasterChef acabe, seguiré con mi restaurante, cocinando, eso seguro. Pero, de momento, creo que el formato funciona y puede tener mucha más recorrido. Creo que hay MasterChef para rato.
-A lo largo de los programas lo vemos más empático con los concursantes, digamos que más blandito y menos borde. ¿Se ha arrepentido de haber sido demasiado duro alguna vez?
-No creo que sea borde, soy sincero. Tengo partes blanditas, y otras duritas en mi día a día, en mí mismo (risas). Sí es verdad que me he relajado. Al principio estaba más tenso porque yo soy cocinero y no había trabajado en televisión. No interpreto un papel: soy muy exigente porque es mi manera de ser y de trabajar en mi restaurante. Lo que me descoloca es cuando se hace una crítica sin criterio, con eso no puedo.
-Con tanto trabajo, en la tele, anuncios y el restaurante, ¿ha aprendido a delegar?
-Más que delegar, confío en mi equipo. Pero no consiguen que no esté encima (risas).
-¿Tiene un chef que ser inquieto, original, tiene que sorprender?
-Siempre. La creatividad lo es todo en mi trabajo. Yo no puedo estar más de dos días sin hacer un plato nuevo, me pongo nervioso, como si me faltara algo... El criterio del cliente es lo más importante, y un cliente sorprendido gratamente, es un cliente satisfecho.
-Hace unos días estuvo en la inauguración del nuevo restaurante MasterChef. En la carta, el León come gamba, un polémico plato a 18 euros. ¿Qué opina de esta receta?
-Es cierto, un plato fallido no tendría que estar en la carta de ningún restaurante. También ahora es un plato que se ha mejorado... pero no se merece ningún homenaje.
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