"A pesar de la imagen que doy, a veces soy un poco antisocial"
Manuel Lombo. Cantante
La Catedral de Sevilla acoge el día 16 un recital para presentar 'Personaje raro', su último disco.
Lleva toda su vida vinculado a la música y, a sus 31 años, este Sagitario ha logrado, poco a poco, una fama que no depende de portadas de revistas. Y es que, aunque algunos le conozcan como el cantante de la jet, lo cierto es que Manuel Lombo prefiere considerarse un "bohemio comprometido" con causas como la de Cáritas. A dicha organización destinará el cantante los fondos de un concierto que, el próximo 16, ofrecerá en la Catedral de Sevilla, donde interpretará los villancicos de su anterior grabación y que coincide con la promoción de su nuevo disco, Personaje raro.
-Desde luego que, como el título de su álbum, lo de usted es un poco extraño, ¿no? No es de los artistas que se venden para triunfar…
-Bueno, creo que tengo un núcleo de adeptos a los que he convencido a través de mis directos. Ahí he enganchado a mucha gente, porque en mis conciertos ofrezco lo mejor que tengo. A pesar de la imagen que doy, soy un poco antisocial. Luego, en cuanto al nombre del trabajo, sabía que traería cola, aunque ni soy tan raro como dice el tema, ni un pasota.
-Confiese alguna rareza…
-Que no consigo el equilibrio en nada. Algunas cosas me las tomo a las tremenda y a otras no les doy importancia.
-¿Autocrítico, por tanto, hasta el extremo?
-Sí. Me machaco demasiado. No puedo pensar porque es un problema. A veces hasta me ha afectado a la voz porque quiero estar al cien por cien y, al ser un músculo, no siempre es posible.
-Hablando de perfección artística, recuerda a Raphael (que acaba de homenajear versionando Qué sabe nadie)… ¿Se lo han sugerido en alguna ocasión?
-La verdad es que sí e incluso en la serie que le han dedicado me he sentido muy reflejado en él. Raphael es un fenómeno, pero yo no podría cambiar mi esencia.
-Pero, ¿entra en sus planes, como le ha pasado al niño de Linares, seguir por siempre vinculado a la música?
-Bueno, es mi intención. Antes fui ceramista y también podría ponerme detrás de la barrita de una tasca o incluso dedicarme a ese negocio que he montado junto a una amiga. Es una tienda de ropa y decoración muy divertida.
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