Pedro García Aguado: del waterpolo y su adicción a las drogas a ganar ‘Supervivientes’
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El deportista, con cuatro participaciones en los Juegos Olímpicos, tuvo una brillante carrera pese a su adicción a las drogas y el alcohol
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Pedro García Aguado, una caza sospechosa
Pedro García Aguado se ha proclamado vencedor de Supervivientes. El exwaterpolista, que con 55 años era el concursante más longevo de la edición, se impuso a todos los pronósticos y consiguió la victoria final en una reñida votación con Rubén Torres. “Voy a ayudar a mucha gente con este premio”, aseguraba durante la entrega del cheque de 200.000 euros. La vida del deportista ha estado repleta de sobresaltos, siendo protagonista de una historia de superación que le llevó a convertirse en coach y dar el salto a la televisión.
Cuando tan solo tenía 12 años sus padres se separaron. Aquella decisión, lejos de hundir a Pedro, le valió para centrarse en el deporte. De gen ganador, a los 18 años se trasladó a Barcelona para incorporarse a un centro de alto rendimiento con el fin de ser waterpolista. Alcanzó su sueño y los éxitos deportivos le acompañaron durante su trayectoria, en la que también tiene cabida un periodo oscuro. García Aguado ostenta un brillante palmarés, habiendo participado en cuatro Juegos Olímpicos. El que fuera nombrado Mejor jugador de España en 2001, cuenta en sus vitrinas con seis ligas nacionales y seis copas internacionales.
No obstante, su adicción a las drogas y a la cocaína acabaría con su carrera deportiva antes de tiempo. “Yo llego a Barcelona con 18 años ya siendo adicto. Con 14 años empecé a consumir, la típica broma de los porros y el alcohol. Pero llegó un momento en el que ya no me afectaba, ya que había desarrollado tolerancia. Había tocado fondo y ni me había dado cuenta”, dijo en 2021 en una entrevista con Naim Thomas.
Tras tocar fondo ingresa en una clínica de rehabilitación en 2003, cuyos costes fueron afrontados por su padre debido a su mala situación económica. “No tenía donde caerme muerto. Lo perdí todo: Mi capacidad de jugar, mi valentía. El talento no. Pero todo lo demás sí. Me robó lo que mejor sabía hacer. Era uno de los mejores del mundo y nunca lo decía. Y yo destrozándome la vida por las noches. No se lo perdonará a la droga nunca. Convirtió mis cinco años de carrera en un infierno”, ha comentado en Supervivientes.
En la clínica de desintoxicación le dijeron que lo suyo no era un vicio, sino una enfermedad. “En el tratamiento que hice me dijeron que no estaba enganchado a una sustancia, sino que era enfermo de adicción”, declaraba en una entrevista para Vozpópuli en 2022.
Al salir de la clínica, agradecido con la labor que habían desarrollado los profesionales con él, tuvo la magnífica idea de aprovechar su experiencia para ayudar a otras personas. Por lo tanto, decidió formarse como terapeuta. Desde entonces no ha pardo de dar charlas y conferencias en colegios, empresas, hospitales y diversas entidades.
En 2009 daba el salto a la televisión para presentar el programa Hermano Mayor, en el que ayudaba a jóvenes problemáticos. “Mostrábamos situaciones muy complicadas. El programa me lo vendieron como de prevención para que los adolescentes no entraran en la droga. Nada que ver. Todos tenían una mochila detrás que el programa no enseñaba, tú rascabas ahí y había situaciones terribles”, afirmaba. En la pequeña pantalla ha dejado su impronta en numerosos programas: El Campamento, En la caja, Cazadores de trolls, Eso que te ahorras, La isla, De hoy en un año y Gran Hermano VIP.
En el plano personal, el coach tiene dos hijas, Claudia y Natalia, sus dos principales tesoros. Claudia, su primogénita, es fruto del matrimonio con su primera esposa, mientras que Natalia nació de un segundo matrimonio, del que nunca ha querido ofrecer muchos detalles.
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