Alejandro Palomo, de diseñador irreverente a joven escritor

El diseñador cordobés Alejandro Gómez Palomo, alter ego de la firma Palomo Spain y jurado de Maestros de la costura en La 1, presentó el miércoles en Madrid su primer libro, justo antes de mostrar su próxima colección en París y de que sus trajes formen parte de una exposición en el MET (Museo Metropolitano de Arte de Nueva York).

En el evento se dejaron ver amigos y allegados del creador, entre los que se encontraron rostros tan conocidos como los periodistas Iñaki Gabilondo y Clara Courel, además de alguno de los modelos que trabajan para la firma, quienes quisieron apoyar al modisto en su nueva faceta como escritor. El modelo Pol Roig, referente e inspiración, además de su pareja desde hace algunos años también estuvo presente en el acto.

El cordobés lució para este evento un atuendo compuesto por una camisa verde de manga larga de topos y una blazer de las mismas tonalidades que combinó con un pantalón negro y botines de charol.

Amable y cercano, confesó en un pequeño coloquio que se "ha desnudado en todas y cada una de la páginas que componen el libro, he sido yo mismo en todo momento".

Alejandro Palomo se define como un "chico de pueblo" que se ha convertido de la noche a la mañana en el enfant terrible de la moda española conquistando los armarios de Madonna, Beyonce o Rosalía, entre otras celebrities. A sus 27 años, huye de los estereotipos y de lo políticamente correcto y está imparable desde que creara su casa de moda, Palomo Spain, en 2016, una trayectoria de poco más de tres años que ahora se plasma en el libro Palomo Spain, editado por Grijalbo. Un ejemplar de 271 páginas que recorren su universo creativo, para algunos irreverente, provocador o excéntrico, y para otros, mágico, sugerente, festivo y maravilloso.

Pero la realidad es que Alejandro Gómez Palomo tiene un talento creativo que le ha permitido diferenciarse del resto de diseñadores jugando con la tradición, el folclore y la vanguardia. "Hago lo que me gusta y me divierte", sostiene. Y así, ha reformulado un vestir para el hombre con patrones muy pensados, en el que prima la sastrería masculina aliñada con detalles de fantasía femenina como plumas y lentejuelas. ¿El resultado?: los palomos, piezas únicas que ahora se recogen en el libro.