Un cambio radical
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Washington/La noticia de que la actriz Angelina Jolie se sometió a una doble mastectomía preventiva ante su disposición genética a sufrir un cáncer de mama ha vuelto a situar sobre la mesa el delicado asunto de esa cirugía preventiva sobre la que la comunidad médica no esconde sus reservas. La doble mastectomía, una operación consistente en extirpar ambos pechos para prevenir o luchar contra el cáncer de mama, se ha alzado como una opción cada vez más habitual entre las mujeres de Estados Unidos, algo que se arrastra desde la década pasada, en la que, por ejemplo, entre 1998 y 2003, la cantidad de estas operaciones subió del 1,8% al 4,5% entre mujeres con cáncer de mama.
Se trata de una decisión extremadamente delicada y personal, puesto que, si bien los beneficios de someterse a la operación resultan evidentes -los últimos estudios apuntan a que las posibilidades de contraer cáncer de mama en una mujer se reducen en un 90% en las personas con "riesgo elevado" tras una mastectomía-, ésta también puede tener consecuencias negativas sobre la mujer. "Como en cualquier tipo de operación, existen riesgos, como que se produzcan complicaciones derivadas de una hemorragia o una infección", apunta un comunicado del Instituto Nacional del Cáncer (NCI por su sigla en inglés) de EEUU, que recomienda, en todo momento, "considerar alternativas a la cirugía".
Además, desde el NCI recuerdan que se trata de un proceso "irreversible" que puede conllevar "efectos psicológicos" en la mujer a causa de los cambios en su cuerpo y de la pérdida de las funciones del pecho. "La decisión es extremadamente complicada y varía mucho entre aquellas mujeres genéticamente propensas, quienes se operan por prevención, y aquellas que ya han desarrollado cáncer en un seno y quieren evitar que se reproduzca en el otro", explicó el presidente de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, Cliff Hudis.
Una de las principales recomendaciones emitidas por el NCI a aquellas mujeres que contemplen la posibilidad de someterse a una operación de estas características es la de expresar y hablar acerca de sus sentimientos y percepciones sobre la mastectomía con amigos y familiares, así como contemplar alternativas asesoradas siempre por más de un médico.
El departamento de Oncología de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) emitió un informe el pasado 2 de mayo, elaborado a partir de 206 entrevistas a mujeres que se habían practicado la mastectomía preventiva, en el que indicaba que la mayoría estaban contentas con la decisión que tomaron y la recomendaban a otras mujeres en su misma situación. La universidad destacó "el miedo al cáncer" y "la opinión de terceros" -amigos, familiares, la propia pareja y los médicos de confianza- como los principales catalizadores en la toma de este tipo de decisiones, así como, un peldaño por debajo, la posibilidad de reconstrucción de las mamas una vez extirpadas.
El perfil mayoritario de la mujer que se practica una doble mastectomía como medida preventiva y por propensión genética es joven -Jolie tiene 37 años-, caucásica y con un alto nivel de estudios. De hecho, de las 206 mujeres participantes en el estudio de la Universidad de Pittsburgh, 147 eran menores de 50 años, la mayoría tenían estudios superiores, estaban casadas o tenían pareja y ganaban de media más de 60.000 dólares (45.700 euros) anuales, es decir, que disponían de un alto poder adquisitivo. Angelina Jolie es la última figura pública en optar por esta operación después de que el pasado mes de enero la candidata al título de reina de belleza nacional Allyn Rose también expresase su voluntad de someterse a una doble mastectomía preventiva a sus 24 años.
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