"Tengo la suerte de trabajar en Andalucía, y que los mejores papeles vengan de aquí"

Entrevista/Natalia de Molina

Embajadora de los 'Premios Bazaar Actitud 43', la actriz jienense cree que sus raíces, que nunca ha ocultado, han sido determinantes en la persona que es y en el éxito de su carrera.

Natalia de Molina, en el 'photocall' de los galardones 'Bazaar Actitud 43'.
Natalia de Molina, en el 'photocall' de los galardones 'Bazaar Actitud 43'. / Newlink
Fátima Díaz

10 de noviembre 2019 - 05:05

El 22 de noviembre estrena su nueva película, Adiós, de Paco Cabezas, en la que comparte protagonismo con Mario Casas. La carrera de Natalia de Molina (Linares, Jaén, 1990) se resume en seis años. En 2013 ganó su primer Goya como 'Mejor actriz revelación' con Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba; dos años después recogía el de 'Mejor actriz protagonista' por Techo y comida, convirtiéndose así, junto Laia Marull, en la única intérprete que ha ganado ambos Goya. Con su espontánea naturalidad y marcado –y auténtico– acento andaluz, Natalia ejerció de embajadora en la tercera edición de los Premios Bazaar Actitud 43, que la revista Harper’s Bazaar organiza en colaboración con Licor 43, una anfitriona de excepción que lleva Andalucía al resto de España y el mundo con su talento y belleza.

-Embajadora de una galardones que premian a personas con actitud. ¿Contaron con usted por eso, porque es una joven con grandes actitudes?

-No sé, pero creo que desde luego que hay que tener actitud en la vida, y también para enfrentarte al trabajo. Yo intento tenerla también, creo que es importante afrontar la vida con ilusión, con ganas y con fuerza. Y estoy encantada de ser anfitriona de estos premios, por supuesto, en los que se reconoce a figuras que son grandes referentes en sus profesiones.

-Nació en Jaén, se crió en Granada y estudió en Málaga. ¿Esta vinculación con Andalucía forjó su carácter como actriz?

-Mis raíces obviamente me han aportado mucho de lo que soy. Donde creces y te desarrollas o donde empiezas a construirte como persona, se tiene que notar luego en algún aspecto. Además, Andalucía siempre ha sido una tierra muy conocida por su arte y por sus artistas. Aquí se respira algo. Es un lugar por donde han pasado muchas culturas y eso, al final, va en la sangre.

-También ha trabajado mucho en Andalucía. El director de su última película es sevillano, la película se ha rodado en Sevilla...Además, debutó en teatro con una obra de Lorca, La casa de Bernarda Alba, y su primera película, Vivir es fácil con los ojos cerrados, la rodó en Almería.

-Sí, he tenido la gran suerte de trabajar mucho en Andalucía, y los personajes que más me han marcado, los más intensos, los he hecho allí. Como ahora, Triana, en Adiós, que es la mujer de uno de los jefes de los clanes que manejan las Tres Mil Viviendas, un lugar conflictivo, un barrio no oficial de Sevilla marcado por la delincuencia y las leyes no escritas.

Natalia de Molina, en la gala de Harper's Bazaar y Licor 43.
Natalia de Molina, en la gala de Harper's Bazaar y Licor 43. / Newlink

-¿Cómo se ha preparado un papel así?, ¿se ha inspirado en alguien?

-Lo he preparado muy intensamente, la verdad, he ido cogiendo de acá y allá, pero no de nadie concreto. Algunas personas se creen que esto de ser actriz es ponerse ante la cámara y ya está, desconocen todo el trabajo que hay detrás. Ser actriz e interpretar un papel, para mí es un compromiso muy grande, no sólo hay que aprenderse el texto. El esfuerzo que hay detrás es brutal; un día de rodaje puede traducirse a veces en cinco minutos de la película. Por eso me tomo muy en serio mi trabajo y me lo preparo mucho, mucho.

"Los premios hay que relativizarlos; son importantes, pero hay que seguir creciendo"

-Dos Goya en dos años, ¿no ha tenido la sensación de que el éxito le ha llegado demasiado pronto en su carrera?

-De lo que me he dado cuenta con todo lo que me ha pasado es que, en realidad, la gente da más importancia a los premios que yo misma. Aunque es verdad que la tienen. Hay muchos actores y actrices increíbles, con papeles espectaculares, pero en la vida les han dado un premio. Hay que relativizar un poco. Tengo claro que los premios me los han dado por unas películas concretas y por unos personajes. Luego hay que seguir, trabajar e intentar crecer.

-¿Ha tenido miedo alguna vez de que su carrera pudiera estancarse de repente?

-Yo creo que ese miedo lo tiene todo el mundo. La de actriz es una profesión de altibajos. Un día suena el teléfono y otros, no. Si lo dice hasta Penélope Cruz, que ella siempre piensa que la película que va a hacer es la última, que no la van a volver a llamar. Y es Penélope Cruz. Es algo que está ahí, siempre sobrevolando a los actores. Lo que hay que evitar es que el miedo dirija tu trabajo, y dejarte la piel en cada trabajo. Como si fuera el último.

-¿El éxito entonces es cuestión de actitud, o de talento?

-Creo que la suerte también es importante. Si, como a mí, el éxito te llega en el primer trabajo, o si tarda más, o no llega nunca... Hay que confiar en uno mismo, eso es fundamental en este mundo. Coger esa oportunidad al vuelo, y ponerle mucho curro.

-¿Le apetece dar el salto a Hollywood?

-No lo tengo como objetivo. Pero si pasa, pues bienvenido sea.

"Si me han dicho que 'no' es porque no estaba lista, y por ese 'no' me he acabado esforzado más"

-Dijo en una entrevista que todas la veces que le habían dicho que 'no' es lo que ha hecho que mantenga los pies en el suelo.

-Sí, lo he pensado mucho. Los actores somos material sensible, trabajamos con emociones y, a veces, te ves muy expuesto. Si me han dicho que 'no' es porque quizás no estaba preparada, y ese 'no' me ha hecho precisamente seguir esforzándome más.

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