La muerte de Michael Jackson fue un homicidio
Los forenses determinan en la autopsia que la intoxicación que acabó con la vida del cantante no fue accidental.
La autopsia de Michael Jackson ha confirmado que el cantante murió por una intoxicación aguda del anestésico Propofol, en circunstancias que han sido calificadas de "homicidio", según revelaron las autoridades.
El informe oficial hecho público es un extracto de la autopsia realizada al artista y se incluyen como factores del fallecimiento de Jackson otros fármacos que tienen como principio básico benzodiazepine, un compuesto empleado para tratar el insomnio y la ansiedad.
Medicamentos como propofol y lorazepam fueron señalados como causantes de la parada cardiorrespiratoria del cantante, aunque también se detectaron en los análisis restos de midazolam, diazepam, lidocaina y efedrina. En el apartado sobre la causa de la muerte los forenses estimaron que se trató de un homicidio.
Los resultados completos de la autopsia, incluidas las conclusiones de las pruebas toxicológicas, se mantendrán en secreto para uso interno de la investigación.
Michael Jackson falleció el 25 de junio en su domicilio de Los Ángeles y desde entonces las autoridades investigan la implicación de su médico personal, Conrad Murray, en su muerte. Murray estuvo con Jackson durante sus últimas horas y reconoció en los interrogatorios que administró propofol y otras sustancias al "rey del pop" para ayudarle a conciliar el sueño.
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