Muere la primera gran estrella del destape en el cine, Maria Rosaria Omaggio, 'La lozana andaluza'

 La actriz italiana Maria Rosaria Omaggio ha fallecido a los 67 años. En España fue toda una estrella en los años de la transición por su papel protagonista en La Lozana andaluza. Una poco conocida obra del Siglo de Oro, del cordobés Francisco Delicado, se convertía en excusa para escenas de desnudo. La aparición de Omaggio tomándose una ducha fue una de las escenas que impresionaron a los espectadores españoles de los años 70. Omaggio fue una de las actrices de la época del destape con esta coproducción hispano-italiana de 1976 que se convirtió en el gran éxito taquillero del año siguiente, cuando la censura había aligerado sus requisitos y se preparaban las primeras elecciones generales. A su manera, la película protagonizada por Omaggio anunciaba nuevos tiempos. Aprovechando aquella popularidad fue llamada para otra comedia con desnudos y palabrotas, El virgo de Visanteta, con Pepe Sancho, rodada en valenciano y que llegó a tener una secuela y todo, Visanteta, estate quieta.

La también escritora ha fallecido en Roma este 1 de julio por una prolongado enfermedad. Aunque no se prodigó posteriormente en España, en Italia era una intérprete muy conocida. Nacida en Nápoles, su primera oportunidad en el cine le llegó con 19 años con Roma a mano armata, de Maurizio Merli, en 1976. Poco después aparecía en la mencionada película de Escrivá junto a Carlos Ballesteros y Diana Lorys. Había debutado con 16 en el programa de Raffaella Carrà y Pippo Baudo, Canzonissima, en la RAI.

A lo largo de su trayectoria Omaggio intervino en una treintena de películas, destacando más recientemente su aparición como la periodista Oriana Fallaci en Walesa, el hombre de la esperanza, trabajo con la que fue reconocida en la Mostra de Venezia en el año 2013. En su etapa del destape y de títulos menores apareció en Pesadilla sobre la ciudad contaminada, de Umberto Lenzi, en 1980; Culo e camicia, de Pasquale Festa Campanile, en 1981; o Giocare d'azzardo, en 1982. Por entonces era un rostro (y cuerpo) demandado para las portadas de revistas eróticas en nuestro país. Su recuerdo por el fenómeno de La lozana andaluza y de su personaje de Visanteta perduró durante años.

En el presente siglo escribió y dirigió cortometrajes, además de artículos y novelas, convirtiéndoe en embajadora de UNICEF, implicada en causas solidarias en pro de los niños en países necesitados. Entre sus trabajos destacados en el teatro figuraba un monólogo personal Omaggio a me stesa.