Muere a los 27 años Álex Lequio, hijo de Ana Obregón
El joven llevaba dos años luchando contra el cáncer.
Su hermano Clemente, hijo de Antonia Dell'Atte, publica en redes una emotiva despedida.
Álex Lequio, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio ha muerto este miércoles a los 27 años víctima de un cáncer. El joven, que nunca perdió el optimismo en los dos años que llevaba luchando contra esta enfermedad, fue diagnosticado de una leucemia en marzo del 2018 de la que comenzó recibiendo tratamiento en Nueva York.
Álex llevaba más de un mes ingresado en la clínica Quirón de Barcelona, donde estaba recibiendo un nuevo tratamiento acompañado de sus padres en todo momento. Allí ha sido donde ha fallecido, según ha adelantado la edición digital de ¡Hola! "El nivel de relación, la cercanía que tenemos mi madre y yo, y yo y mi padre y los tres juntos es tan fuerte que somos los mejores amigos", aseguraba en una entrevista hace un tiempo sobre sus progenitores.
El joven siguió al frente de la empresa de márketing digital que había creado, a pesar del tratamiento. "Yo no voy a cambiar de camino, voy a seguir mi camino, pero voy a tener que esforzarme un poco más o andar con un poco más de esfuerzo para poder seguir a la misma velocidad", comentó. En sus redes sociales, en las que era muy activo, se definía como emprendedor, inconformista, en muchos frentes #agradecido.
La atención a su hijo ha sido la prioridad de Ana Obregón en estos últimos dos años, que tenía previsto volver al teatro con la función Falso Directo, junto a Antoni Ferreño. Un estreno que pospuso "hasta que ella lo decida. La esperamos con los brazos abiertos. Lo primero es lo primero", escribió el actor en sus redes sociales. En este tiempo Obregón solo ha participado en MasterChef CelebrityMasterChef Celebrity, talent que tampoco se tomó muy en serio (pese a que incluso fue repescada) por estar el máximo tiempo posible con su único hijo.
Ana Obregón ha manifestado en más de una ocasión que el trabajo y la familia eran sus ejes, y que durante este tiempo de preocupación por la salud de su hijo, este le había dado "una lección de vida y me ha enseñado que es un honor ser su madre".
Debido a una recaída, el pasado mes de diciembre Álex Lequio se vio obligado a cancelar un acto solidario organizado por una marca española de zapatillas en colaboración con la Fundación Caíco. Hace casi dos años desde que se le diagnosticó un cáncer que lo obligó a pasar más de seis meses en tratamiento en Estados Unidos. La de diciembre no era la primera vez que tenía que ausentarse con motivo de una complicación de salud. Lo mismo le ocurrió en septiembre, cuando sufrió otro bache en su recuperación.
La noticia de su enfermedad se conocía cuando la revista Diez Minutos publicaba unas fotografías de Álex, junto a su novia de entonces, Raquel Rodríguez, su madre y su padre entrando en un hospital de Nueva York especializado en el tratamiento de cáncer, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Durante meses, la salud de Álex Lequio estuvo rodeada de un gran secretismo. Su padre, Alessandro Lequio, puso nombre a la enfermedad que sufría a su vuelta de Nueva York. "El cáncer es un tratamiento largo y penoso en el que no hay novedades ni evolución hasta que todo termina. Es una enfermedad larga y dura", aseguró entonces. En octubre del 2018 el joven reaparecía en público muy animado y optimista, actitudes que ha abanderado siempre, hasta su fallecimiento ahora. Incluso había rehecho su vida sentimental hace un año asu novia Carolina Monje, con quien mantenía una relación desde hace un año.
Álex era el único hijo de Ana Obregón, su "niño mimado", quien pasó de ser un mocoso malcriado que escupía y mordía los micrófonos de los periodistas que perseguían a su madre, a un auténtico héroe por la valentía y optimismo con los que había afrontado sus problemas de salud. A Celia Vega-Penichet, su prima y gran apoyo a lo largo de su vida, le dedicó su último post de Instagram. Su hermano Clemente, hijo de Antonia Dell'Atte, se ha despedido de él en las redes: "Te quiero Aless, un dolor inmenso que en pequeñísima parte se alivia con el pensar de que ya no estás sufriendo. Algún día nos volveremos a ver y podremos disfrutar de todo el tiempo perdido y mal gastado".
Con una sonrisa siempre en la cara, Álex Lequio Obregón demostró que lo suyo no era ir de 'hijo de...', que tenía talento y disposición de sobra para labrarse su propio camino, en el trabajo y en la vida. Un camino que se ha visto truncado por la lacra de esta enfermedad. Descanse en paz.
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