El viaje de Pedro del Hierro a Dominnico
'Fashion Week' madrileña
La evocación de los locos años 20 de Del Hierro, con hombros marcados y prendas femeninas, convivió con la transgresión de Dominnico y Pablo Erroz en la primera jornada de moda en Madrid.
La gran cita con la moda española en Ifema dio comienzo este jueves con Pedro del Hierro. La firma partió de los locos años 20 para proponer una colección dual que bebe de los paralelismos entre hombre y mujer, invitando a descubrir sus límites con una transición entre el día y la noche.
Un diálogo convertido en un nuevo código en que las siluetas se funden y desdibujan con un estilo rotundo para una colección guiada por piezas de sastrería muy potentes, compartiendo códigos de siluetas y tejidos. Nacho Aguayo y Álex Miralles, directores creativos de mujer y hombre respectivamente, presentan nuevas formas protagonizadas por tejidos como terciopelos o cuadros de sastrería tradicional, que serán el nexo que nos guiará para conseguir esa fluidez que será el hilo conductor durante toda la colección.
Para la mujer Pedro del Hierro destaca líneas masculinas y hombros marcados con prendas ultrafemeninas en rasos de seda. En la colección masculina el día es upper casual, donde se mezclan trajes con nuevas siluetas y abrigos extralargos con una noche muy rotunda. Las piezas de día se bañan en tonos pato, rojos y marrones. El desenfreno y la opulencia de la noche se manifiesta a través de festivos grises, negros y blancos salpicados con brillos o elementos como la purpurina, las lentejuelas, los cristales o el terciopelo, que pretende trasladar a los asistentes a las luces y sombras de la noche.
Alegría contenida que se ha desbordado con una faceta hippie de Ágatha Ruiz de la Prada, quien no ha dudado en mostrar su apoyo a Ucrania, como muchos de los diseñadores que desfilaron este jueves, en la jornada inaugural. El cantante Omar Montes repitió sobre la pasarela en el presentación de Ágatha.
Ynésuelves, la firma, compuesta por madre, María, e hija, Ynés, se ha estrenado con una línea en la que destaca un juego de volúmenes a base de volantes y pliegues, junto con un toque de sastrería masculina, sin dejar de lado los detalles femeninos, con cuidados estampados de sirenas, mariposas y, cómo no, el símbolo de la casa: una rosa roja con espinas tan afiladas como las hombreras de Malne.
Aunque para espectáculo el de Dominnico. El alicantino, que confeccionó el vestuario de la gira El mal querer, de Rosalía, parece seguir en consonancia con la cantante, ya que sus prendas podrían ser perfectamente utilizadas para su último disco, Motomami. Eso sí, de cerca se perciben tejidos con mayor prestancia en su apuesta fresca y transgresora. Un joven con talento que dio paso a otro.
Pablo Erroz sigue siendo un ejemplo de consumo responsable. El diseñador sigue apostando por un concepto cien por cien unisex y atemporal.
Roberto Diz, el diseñador de la jet set sevillana, ha huido esta vez de la "tiranía" de la moda, como él mismo ha proclamado, presentando una colección "más humana" que evade los vestidos sexis, con volúmenes difíciles, incómodos, "imposibles de llevar". Ha preferido apostar por la fluidez y evitar entretelas y hombreras exageradas, Diz ahora hace moda para todo tipo de mujeres, "da igual que tengan, 20, 40, 60 u 80 años, o que se pese 50 o 100 kilos, quiero empatizar con todo tipo de cuerpo, edades y alturas", señala.
Esta idea la ha traducido sobre la pasarela en prendas amplias, siluetas fluidas y tejidos agradables: "he desestimado los neoprenos ajustados", señala Diz, quien ha contado con modelos de todas las edades y tallas, entre ellas Alejandra Osborne, la actriz Godeliv Van Den Brandt y veteranas maniquíes como Natalia Sánchez, Pino Montesdeoca y Mar Flores.
Han llamado la atención, los vestidos con mangas que se arrastran por el suelo, "expresión de languidez, cansancio y esa pesadumbre que nos invade tras la pandemia y ahora con Putin", ha señalado.
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