La maldición de los Alfonso de Borbón, el duque degollado en Estados Unidos hace 36 años
El directivo olímpico, pretendiente a los derechos dinásticos sobre su primo don Juan Carlos, fue marido de la 'nietísima' de Franco y tuvo un triste e inesperado fin que debería revisarse
Seis historias de la Casa Real española mejores que las de 'The Crown'
La utilidad de 'The Crown' para comprender también lo que pasa en nuestro país
Sin entrar en teorías de conspiración, la muerte de Alfonso de Borbón y Dampierre, fue extraña y trágica y digna de una revisión del suceso acaecido en una estación de esquí estadounidense, en plena preparación de unas pruebas de máximo nivel. El duque de Cádiz (título nombrado por Franco en favor de su nieta favorita, Carmen Martínez Bordiú), primo de don Juan Carlos y a quien le cuestionó los derechos dinásticos en la recta final de la dictadura por su matrimonio con la 'nietísima', murió tal día como hoy hace 36 años degollado por un cable de acero que estaba a la altura de su garganta cuando bajaba en descenso en vísperas del campeonato mundial. Ese cable estaba siendo levantado por un operario de las instalaciones para colocar la pancarta de meta. Fue un infortunio desgraciado aunque las investigaciones se sucedieron con aceleración y sin saberse mucho más del trabajador responsable del accidente en Beaver Creek, Colorado. Sólo cinco años antes el duque había sufrido un accidente de tráfico en el que pereció su hijo mayor, Fran. Su otro hijo, Luis Alfonso, reclama sus derechos para ocupar un hipotético trono de Francia. A su vez su abuelo, Jaime de Borbón, hijo de Alfonso XIII, había renunciado a sus derechos a la Corona, para él y sus descendientes, por ser sordomudo.
Tal como su primo Juan Carlos, que nacería dos años después, Alfonso de Borbón nació en Roma, el 20 de abril de 1936. Su madre, Emanuela de Dampierre, abandonaría a su marido pocos años después. El futuro duque de Cádiz y su hermano Gonzalo, que ocuparía también muchas portadas por su agitada vida sentimental, pasaron la infancia entre internados.
Con su labor en el ámbito empresarial, se colocó en primer plano en 1972, cuando se casó con Carmen Martínez-Bordiú, con la que tuvo dos hijos y un puñado de años de triste convivencia. En principio su destino fue la embajada española en Estocolmo.
El que fuera presidente del COE en plena proclamación de Barcelona como ciudad olímpica y presidente de la Federación Española de Esquí tuvo una vida marcada por la depresión (o melancolía, como la llamaban entonces) y la mala suerte. Ese infortunio que se confirmó el 30 de enero de 1989 en la estación de esquí de Colorado cuando incomprensiblemente se alzó el cable justo cuando bajaba él, en un recorrido de inspección, y poco después que un grupo de esquiadores que iban por delante. Quedó degollado y los servicios de urgencia tardaron en llegar para lo que hubiera sido un intento desesperado por reanimarle.
En e vídeo, el reportaje de Informe Semanal emitido a raíz del fallecimiento:
Al cabo de 36 años no hay explicación razonable sobre tal cúmulo de coincidencias y desatinos de un muerte azarosa e insólita. El empleado responsable de izar el cable, identificado como Daniel Conway, no ha reaparecido mientras que la policía estadounidense en poco tiempo zanjó el suceso como un "accidente fortuito". Su hijo Luis Alfonso fue indemnizado sin saberse mucho más de un suceso tan extraño del que informó para TVE Matías Prats, que estaba destinado en el campeonato como narrador de las pruebas de esquí.
Alfonso de Borbón tuvo un cruel destino, como había sucedido con su tío o con su primo de igual nombre.
También te puede interesar