La lección de las parejas que ahora se separan

De corazón

Las rupturas que se han sucedido en esta primavera revelan problemas que se superan y dolores y esperanzas que se deben asumir a partir de entonces

Gerard Piqué y Shakira podrían estar a punto de separarse
Gerard Piqué y Shakira en sus tiempos de amor / 3gerardpique
Helena Arriaza

11 de junio 2022 - 14:42

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Shakira y Gerard Piqué, Marc Bartra y Melyssa Jiménez, Fonsi Nieto y Marta Castro, Christian Gálvez y Almudena Cid… Sí, son parejas de famosos que se han separado en los últimos meses. Sus nombres suenan fuerte porque la noticia de que una pareja ponga punto y final a una relación impacta. De hecho, los rostros conocidos en ocasiones prefieren no comunicarlo o cuando salta la noticia ya no les queda más remedio que hacerlo a golpe de comunicado. Probablemente, porque separación suele ser sinónimo de fracaso, drama, de qué dirán, de ser protagonistas durante días. Porque todavía no ha llegado el momento de tratar las rupturas con naturalidad y destacando el lado positivo. Ni en famosos ni en no famosos.

Que sí, que es un cambio de vida, que cada uno de los miembros de la pareja tiene que recomponerse, que si hay niños de por medio la cosa es todavía más complicada… Pero, ¿por qué nadie trata este tema como una victoria o, al menos, como una nueva oportunidad?

Si una pareja decide poner punto y final a su relación por los motivos que consideren, es porque creen que van a estar mejor separados, es porque algo no funcionaba, es porque quizá haya habido alguna traición de por medio. Esto se traduce en salir de algo tóxico, en una oportunidad para comenzar una nueva etapa, para reencontrarse con uno mismo, para comprobar que nadie es imprescindible en la vida de una persona. Que cuesta, que hay lágrimas, que hay recuerdos, que la nostalgia invade. Sí. Pero si las separaciones empezaran a tratarse desde otro punto de vista, incluso más de uno daría el paso porque seguro que sería más feliz sin esa persona.

Pero el miedo, el qué dirán y la incertidumbre están muchas veces por encima de la que podría ser una de las mejores decisiones de la vida de una persona. Y es normal viendo las reacciones de los demás. Pero el divorcio no debería ser un drama. Todo lo contrario. Pese a las dificultades, debería verse en gran parte como una victoria que con el tiempo incluso los protagonistas agradecerán.

El drama debería ser todo lo que se habrá vivido hasta el momento para llegar a este punto. Por eso, habría que darle la vuelta tanto desde el punto de vista de la pareja al contar su separación, como desde el punto de vista de la reacción del que se entera. Pero desafortunadamente, todavía este asunto de las rupturas, todo lo que hubo y todo lo que sucede después, está lejos de tratarse con naturalidad..

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