Isabel Preysler está impactada ante la muerte de Mario Vargas Llosa
El romance del escritor y la reina de las portadas surgió en un acto protagonizado por el entonces príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra
Cuando Isabel Preysler arropaba a Mario Vargas Llosa en la cama y le daba un besito de buenas noches
Mario Vargas Llosa, las ventosidades, la pichula y la caca de un pterodáctilo

El fallecimient en Lima en la madrugada de este lunes de Mario Vargas Llosa, el reconocido escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, fue una sorpresa en todo el mundo. A sus 89 años, cumplidos pocos días atrás, las complicaciones de una neumonía agravaron de forma rápida su estado de salud. El escritor estaba rodeado de sus hijos y de quien fue su esposa durante medio siglo, Patricia Llosa, madre de sus vástagos y quien mantuvo unida a toda la familia tras la ruptura del escritor. Vargas Llosa compartió ocho años en Madrid con Isabel Preysler, que se encuentra noqueada con la inesperada noticia. Programas como TardeAR hablan de que está "en shock", por el fallecimiento. La pareja había roto en diciembre de 2022, justo cuando Tamara Falcó regresaba con Íñigo Onieva.
La relación entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, se conoció en mayo de 2015 y fue un capítulo inesperado en las vidas de ambos. Ella, la reina de corazones, la princesa de las galas españolas, había enviudado apenas unos meses antes, en septiembre de 2014, tras la muerte de Miguel Boyer, su tercer esposo. Él, por su parte, atravesaba un momento de inflexión personal, aún ligado formalmente a Patricia Llosa, con quien había compartido cinco décadas. Sin embargo, el destino los reunió en un viaje a Londres, auspiciado por la firma Porcelanosa, para rendir homenaje al entonces príncipe Carlos.
Aquel encuentro bajo el influjo del glamour británico marcó el inicio de una historia que, aunque había germinado años atrás, cuando Isabel entrevistó a Mario para la revista ¡Hola! en 1986, encontró su verdadero comienzo en ese instante de 2015.
Durante aquellos años, Isabel y Mario se convirtieron en una de las parejas más fotografiadas. Juntos recorrieron el mundo con evnentos culturales y sociales. El escritor se integró con sorprendente naturalidad, y halagado también, en el universo de sofisticación de Isabel Preysler, compartiendo momentos con sus hijos y viviendo en la mansión de Puerta de Hierro como un miembro más del clan. Ella, a su vez, acompañaba a Mario en sus numerosos compromisos. El amor de ambos fue descrito por el propio Vargas Llosa como “una renovación” de su vida.
En diciembre de 2022 se produjo la ruptura y una portada de ¡Hola! en el 28 de diciembre lo confirmaba. Entre otras razones desde el entorno de Isabel Preysler se adujo que no había buena relación del escritor con los hijos de ella, con Tamara Falcó y Ana Boyer. A su vez desde los hijos del escritor se criticaba los rigores de la vida en Puerta del Hierro, entre celos y desencuentros , En definitiva, "a él le interesaba la cultura, a ella el espectáculo", fue la frase desde la familia de Vargas Llosa que disgustó a Preysler, en una ruptura que finalmente fue más tensa de lo que solía manejar Isabel la crisis en su vida. Un relato que había sido publicado en 2020, Los vientos, avivó la polémica y vino a entreabrir que Llosa estaba harto de la vida social en la que veía envuelto.
La noticia de la muerte de Vargas Llosa ha encontrado a quien fue su pareja de ocho años disfrutando en su casa de Madrid de unos días de descanso de Semana Santa junto a sus hijos Julio José, que vive en Miami, y Ana, que se encuentra en Qatar, y que también estaban deseosos de reunirse con su hermana Tamara. Con su habitula reserva, Isabel Preysler optó por apagar su teléfono y refugiarse en la intimidad de su hogar. No ha habido declaraciones públicas, ni gestos mediáticos, sabiendo que en estos momentos está en el centro de las miradas. Mantiene su halo de discreción, pero está muy impactada. Su ruptura de hace dos años no se había cicatrizado y el recuerdo del escritor, pese a los malos momentos que pudo haber, la ha dejado vulnerable y triste.
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