Isabel Pantoja decide en qué localidad reposarán sus restos cuando fallezca

La cantante Isabel Pantoja ha debido afrontar en estas últimas semanas los problemas en Cantora, en el término municipal gaditano Medina Sidonia, por las riadas y los daños sufridos en la finca. La sevillana ya está instalada en Madrid a la espera de cerrar toda la venta de lo que fuera la gran propiedad de Paquirri en su vida.

En estas nuevas circusntancias de su vida Isabel reside en Pozuelo de Alarcón, en las proximidades de Madrid, en un chalet llamdo La Finca, acompañada de su inseparable hermano Agustín, quien está a su lado y que será el más beneficiado en el reparto de su herencia cuando llegue ese momento. La revista Semana lleva a la portada de su último numero este reparto de los bienes de la tonadillera, que ha cambiado tras los conflictos con sus hijos Isa y Kiko a lo largo de estos últimos años. Ambos hijos se quedarían con la parte que estrictamente les corresponda. Quien queda fuera de ese testamento es su hermano Juan, con el que se enfrentó a raíz de la venta del domiclio donde vivía el hermano que falleció, Bernardo.

Uno de los detales de esas últimas voluntades que ha firmado Isabel Pantoja es el lugar donde quiere reposar tras su fallecimiento. Segun Semama Pantoja ha decidido que sea incinerada y que sus cenizas queden ubicadas en la casa que tiene en la aldea de El Rocío, propiedad que disfrutará su hermano Agustín. La cantante no sería enterrada en el cementerio de Sevilla, en su localidad natal, y donde se encuentra enterrado quien su fuera su marido, el diestro de Zahara de los Atunes.

Por tanto cuando llegue el momento Isabel quiere estar cerca de su venerada Virgen del Rocio, en un lugar habilitado en su residencia en la aldea almonteña y que ya habrá habilitado para que se guarden allí las cenizas. Mientras reordena su vida, Isabel no tiene previsto un acercamiento a sus hijos y, por tanto, a sus nietos. Isa Pantoja está embarazada por segunda vez, con el primogénito junto a su marido, Asraf Beno, y todavía colean sus duras palabras sobre el trato que recibía en su familia de niña. Su hijo Kiko a su vez culpa a los "engaños" de su madre del estrés que ha sufrido y que derivó en un ictus hace dos años.