Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Frágil estado de la malagueña
María Teresa Campos atraviesa un estado de salud delicado. La periodista, una de las referentes televisivas de las últimas décadas, no ha empezado el año de la mejor manera. Ha tenido que estar ingresada en el hospital madrileño de La Luz, donde le han realizado diferentes pruebas para testar de manera exhaustiva su actual estado de salud. Ya el pasado 31 de diciembre sufrió un accidente doméstico al levantarse de la cama. Unos problemas que han ido mermando a la veterana comunicadora, que en el año 2017 sufrió un ictus.
Sus hijas, Terelu y Carmen Borrego, han estado muy atentas a la evolución del estado de salud de su madre. Ambas se han volcado para no dejarle sola en estos momentos complicados. Sus hijas han tranquilizado estos días a los medios presentes en la puerta del hospital para recalcar que el ingreso hospitalario se debe a las pruebas médicas que le han realizado. Esa es la versión de puertas para fuera. En el ámbito interno existe preocupación por los últimos acontecimientos. Hace unos días Carmen Borrego dejaba unas bonitas palabras dedicadas a la matriarca de la familia. “He tenido una madre que ha trabajado mucho, que ha tenido una vida llena de muchas cosas y cuando se va apagando eso, te queda la figura de una madre. En este momento nos corresponde a todos devolver todo el amor que nos ha dado”, expresaba.
Lo cierto es que María Teresa Campos, de 81 años, ya ha recibido al alta hospitalaria y descansa en su domicilio. Allí está arropada por su familia en todo momento. María Teresa Campos está blindada por su entorno más cercano. Sus propias hijas se han encargado de protegerla de los medios de comunicación. Controlan las llamadas que recibe y está alejada de los impulsos del exterior.
La comunicadora ha perdido peso, está débil y apenas come. Según adelantó la revista Lecturas, padece un problema neurológico leve, que sería el detonante de todas las pruebas médicas. Al parecer las analíticas no son del todo preocupantes, pero sí existe una anemia que debe ser controlada.
Muchas voces apuntan a que su delicado estado de salud coincide con un estado anímico bajo. María Teresa Campos no ha llevado bien su retirada de la televisión, que ha sido su casa durante décadas. Una retirada forzosa que ha marcado el inicio de su declive y un envejecimiento más acentuado. Sin ir más lejos, este año no ha querido participar en el tradicional posado navideño junto a sus hijas. La comunicadora se refugia en su domicilio y se ha mantenido alejada de la vida social, algo difícil de asimilar para una mujer acostumbrada a formar parte de la esfera pública de manera permanente.
María Teresa Campos ha tenido en los últimos años diferentes episodios que han ido deteriorando su estado de salud. En el año 2008 se le diagnosticó un cáncer de garganta, del que posteriormente se recuperó. En 2016 hizo frente a una extirpación de vesícula. El hecho más grave tuvo lugar en 2017 cuando sufrió un ictus, del que se repuso sin dejarle grandes secuelas. Y en 2018 tuvo que ser intervenida de urgencia por un cuadro de suboclusión intestinal secundario, mientras grababa el reality de Las Campos.
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