El oscuro pasado de 'Lady Gucci'
Patrizia Reggiani (Lady Gaga en la ficción) encargó a dos sicarios el asesinato de su ex marido, Maurizio Gucci, en el que supuso el culebrón de la moda más oscuro de la historia.
La 'viuda negra de la moda'. Así se conoce a Patrizia Reggiani, una humilde joven italiana que construyó un imperio a costa de la vida de su marido. La película House of Gucci (La Casa Gucci), que acaba de estrenarse en cines, se basa en las luchas de poder, dinero, adulterios y asesinatos que también rodean a los grandes nombres de la moda. Lady Gaga se mete en la piel de Reggiani en este drama criminal dirigido por Ridley Scott.
Patrizia Reggiani pasó a engrosar la leyenda negra por contratar a un sicario para matar a su ex en 1995; fue el último miembro de la dinastía familiar en dirigir la marca. El asesinato tuvo lugar un año después de que la pareja se divorciara. Maurizio Gucci fue asesinado a tiros por un sicario a la entrada de su oficina. Dos años después, Patrizia fue condenada a 29 años de cárcel por planear y encargar el asesinato de su ex marido.
Patrizia Reggiani Martinelli nació el 2 de diciembre de 1948 en Vignola, un pequeño pueblo a las afueras de Milán, y era hija de una camarera y un hombre mucho mayor que había hecho una pequeña fortuna con su negocio de transporte de camiones. Cuando era joven, ya le gustaban la buena vida, por lo que no fue una sorpresa cuando se abrió camino en la jet set italiana de los 70. En este círculo conoció a Maurizio Gucci, uno de los herederos de la casa de moda Gucci. Maurizio era hijo de Rodolfo Gucci y nieto del fundador de la empresa, Guccio Gucci.
Patrizia tenía otros pretendientes, pero sus ojos violeta y su esbelta figura hipnotizaron al joven Gucci cuando se conocieron la noche del 23 de noviembre de 1970. Para él, fue amor a primera vista; para ella, fue el comienzo de la conquista de uno de los jóvenes solteros más destacados de Italia.
Cuando la pareja se casó el 28 de octubre de 1972, la boda fue uno de los grandes eventos sociales del año, pero ninguno de los parientes de Maurizio estuvo ahí. Su matrimonio provocó el distanciamiento entre Maurizio y su padre, Rodolfo, quien no aprobaba a Patrizia y la creía una cazafortunas sin escrúpulos. A pesar de la oposición inicial, padre e hijo acabaron reconciliándose y el primero regaló a la pareja un ático de lujo en la Torre Olímpica de Nueva York. Maurizio y Patrizia se convirtieron en la primera pareja italiana de socialités haciendo apariciones habituales en fiestas y desfiles, y se hicieron amigos de Jackie Onassis y los Kennedy.
Vivían de manera extravagante en unas constantes vacaciones de ensueño entre Nueva York, Los Alpes y Acapulco, donde tenían propiedades. Tuvieron dos hijas, Alessandra y Allegra.
Rodolfo Gucci murió el 15 de mayo de 1983 y, al faltar el patriarca, todo empezó a desmoronarse. Maurizio heredó sólo el 50% de la empresa. El otro 50% fue a parar a su primo Paolo. Éste último le acusó de fraude fiscal, comenzando una guerra por el control de la firma que se alargó durante años.
El cuento de la Cenicienta moderna se rompió cuando Maurizio decidió dejar a Patrizia. Cuando luego le cuenta que quiere casarse con una vieja amiga de la pareja, Paola Franchi, ella comienza a planear su vendetta.
El 27 de marzo de 1995, alrededor de las ocho y media de la mañana, un anónimo Benedetto Ceraulo, disparó al señor Gucci tres tiros por la espalda. Al principio, la investigación se centró en sus negocios pero todo cambió cuando Ivan Savioni, el portero de un hotel, se fue de la lengua. Los pinchazos telefónicos desvelaron que Pina Auriemma, consejera y amiga de Patrizia Reggiani, había pagado a Savioni para que organizara el asesinato del empresario, y éste, a su vez, contrató a dos sicarios para hacer el trabajo sucio.
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