Las fotos de la lujosa boda celebrada en Sevilla en la recta final de la Feria
Celebración
Víctor Iglesias, de la familia de los restaurantes Rubaiyat, y la brasileña Francesca Civita se casaron en la catedral de Sevilla, con preboda el viernes en la Casa Pilatos
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Mientras Sevilla iba despidiendo su brillante y multitudinaria Feria 2024, en el centro de la ciudad festejaba su enlace Víctor Iglesias, de la familia de los reconocidos restaurantes brasileños Rubaiyat, iconos de la gastronomía en Madrid y en capitales de Hispanoamérica, y la creadora de contenidos brasileña Francesca Civita.
La pareja se casó en la Catedral sevillana el sábado, con fiesta para cerca de 700 invitados venidos de todo el mudo en la Hacienda La Soledad. Antes, el viernes por la noche, hubo animada fiesta preboda en el más excepcional entorno histórico que puede vivirse en Sevilla, el patio de la Casa Pilatos.
Iglesias es hijo de Belarmino y Ana Lucía Iglesias, dueños de la saga de restaurantes Rubaiyat, firma que fundó el gallego Belarmino Fernández Iglesias en Brasil en los años 50. Víctor es la tercera generación de esta firma de la alta cocina con empuje en América y Europa. La novia es conocida como Cesca Civita, creadora de contenidos de moda y estilo de vida, con gran incidencia en Brasil. Cazadora de tendencias, se formó en Londres y ha colaborado con firmas como Amir Slama, Aparaitinga y Leal Joias.
El novio es de Sao Paulo, Brasil, y se ha formado en la gestión de la empresa familiar a lo largo del mundo tras estudiar Economía. Está al frente del Grupo Rubaiyat junto a sus padres y su hermano mayor, Diego.
La novia lució en la ceremonia nupcial en la catedral un vestido de Vivienne Westwood y el novio, un chaqué de Sastrería Serna.
La pareja ha elegido Sevilla para celebrar su boda por la fascinación de ambos por la capital andaluza tras recorrer medio mundo. Incluso justificaban antes de las celebración por qué habían elegido la ciudad: por ser "vibrante, culturalmente rica y llena de historia, además de ser una de las ciudades más hermosas del
mundo y que une las culturas española y árabe, por parte de la madre de la novia". La coincidencia con la Feria de Sevilla no era casualidad, los novios querían también que los invitados contemplaran y vivieran Sevilla en una de sus fechas de esplendor, como así ha sido, acompañando el tiempo.
"La boda será una celebración única, un encuentro de amigos en un destino fuera de lo común. La
pareja desea que la boda tenga el espíritu andaluz, marcado por la excelente gastronomía,
música envolvente y la rica historia", era el deseo previo. Y así fue.
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