El dinero que manejan los Windsor
La fortuna de Isabel II, la más nutrida, roza los 1.850 millones de euros, según el libro publicado por el ex diputado Norman Baker.
La mujer más rica de la familia es Zara Tindall, hija de la princesa Ana, cuyo capital supera el de las duquesas de Cambridge y Sussex juntas.
No cabe duda de que la familia real británica es una de las más poderosas del mundo en cuanto a fortuna se refiere, y ahora un libro publicado por el ex diputado Norman Baker explica cómo se reparten este gran pastel entre los miembros de la casa real inglesa.
Las suculentas cifras, que probablemente resulten incómodas para todos los implicados, han salido a la luz en Lo que la familia real no quiere que sepas, un intrigante título que no hace más que aumentar la curiosidad de los ciudadanos británicos por estos datos. En la obra se desvela la riqueza acumulada de cada uno de sus miembros, con datos muy sorprendentes, ya que algunas cifras, especialmente en el caso de la reina Isabel II, son realmente estratosféricas. Además, se concretan aspectos de gobierno, las inversiones, la exención del pago de impuestos y las herencias recibidas, que han tenido como resultado los muchos millones de libras que los Windsor tienen en sus cuentas corrientes.
Encabezando esta lista por orden de riquezas se encuentra la reina Isabel, con una suma que roza los 1.600 millones de libras (unos 1.850 millones de euros), que proceden, en su mayoría, del contribuyente. Su situación de ventaja al no tener que pagar impuestos ha supuesto un ahorro de 900 millones de libras (más de 1.000 millones de euros), y a ello se le suma una cartera de inversiones valorada en 500 millones, además de muchos objetos de valor como valiosos huevos Fabergé, joyas, pinturas, caballos de carreras y una colección de sellos valorada en 100 millones de libras. Y por si fuera poco, aún hay que añadir las ganancias que genera el ducado de Lancaster, con diez castillos y fincas por todo el país. Además de su valor, que ronda lo 534 millones, se le suman los ingresos anuales que, por ejemplo, el año pasado fueron de 20 millones que van directamente al bolsillo de la monarca.
El caso del duque de Edimburgo es todo un misterio según reza el libro publicado por el ex político británico. Sus primeros ingresos al entrar a formar parte de la casa real eran de 11 libras, una cifra que pasados los años ha alcanzado la suma de 359.000 libras (más de 400.000 euros) anuales. El problema está en que su figura ya no asume ninguna tarea relacionada con la corona por lo que, libre de responsabilidades con su país y después de haberse retirado de la vida pública, el soberano continúa recibiendo una paga considerable. El autor considera una incógnita que, con esa asignación, tenga ahora una fortuna de 44 millones de libras (más de 50 millones de euros) porque, a pesar de que sus gastos son mínimos, las cuentas no cuadran.
El príncipe Carlos cuenta con una fortuna aproximada de 100 millones de libras (unos 115 millones de euros) que suman su asignación real como príncipe de Gales al dinero procedente del ducado de Cornualles, considerado de patrimonio privado. Estos últimos ingresos suponen unos 20 millones anuales ya que, como futuro rey, le corresponde todo lo que abarca la zona: desde aparcamientos hasta escuelas de surf de sus playas de Cornualles. Además, también libres de impuestos, están las propiedades en forma de tierras que posee a lo largo de todo el país.
En cuanto a sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, se sitúan muy a la par en cuanto a sus fortunas –unos 30 millones de libras cada una–. Los dos hermanos comparten tres fuentes de ingresos: los 14 millones que la reina madre puso a disposición de los dos hermanos en un fondo fiduciario; la herencia de Diana de Gales, que se estima en 13 millones para cada uno; y los 4 millones que cada año les asigna el príncipe Carlos, procedentes de los beneficios del ducado de Cornualles.
Los ingresos de sus mujeres no son tan equitativos. La fortuna de Catalina Middleton se estima en 8 millones de libras, sin embargo, en su caso el origen y las cuentas de los mismos no están tan claras como en el caso de los Windsor. La mayor parte podría proceder de los exclusivos regalos que la pareja recibe, entre los que hay villas privadas en islas y casas en estaciones de esquí, además de la valiosa flota de coches que los duques de Cambridge poseen en sus garajes.
Meghan Markle, por su parte, sí cuenta con unos ingresos más transparentes. La mujer de Enrique ya llegó a la casa real inglesa con unos ahorros que alcanzaban los 3 millones de libras, obtenidos en su carrera de actriz, suma que se ha visto incrementada gracias a su matrimonio real. Su colección de joyas, por ejemplo, está valorada en unas 600.000 libras (casi 700.000 euros).
Pero si hay una Windsor cuya fortuna es mayor que la de las dos duquesas juntas, esa es la de Zara Tindall. La hija de la princesa Ana cuenta con unos 15 millones de libras (más de 17 millones de euros), y la explicación a esta riqueza la tienen los contratos publicitarios que ha firmado con diferentes marcas exclusivas como Rolex o Land Rover. A estos ingresos, que también están exentos de impuestos, hay que añadirle las ganancias de su marca australiana de joyas Cajella.
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