El museo más goloso
Gastronomía
La 'Fábrica de Chocolate (Fever)' en Madrid ofrece una experiencia sensorial y gustativa
El recorrido interactivo dura cerca de una hora
Como si la fábrica de chocolate de Willy Wonka se hubiera materializado y modernizado. Algo así se vive al entrar en La fábrica de chocolate (Fever), que ha abierto el viernes en Madrid y en la que los visitantes tendrán una aventura interactiva a la vez que una experiencia sensorial y gustativa.
En esta experiencia inmersiva, situada en el centro comercial Moda Shopping de la capital, el participante puede sentirse como el protagonista de Charlie y la fábrica de chocolate, recorriendo mundos de fantasía guiados por los "locos e inconfundibles" trabajadores. "Pensamos que el tema de las exposiciones sensoriales y fotográficas que tanto está gustando era la clave de la nuestra. Sin embargo, quisimos dar un paso más, darle un punto diferenciador y meterle la teatralización a través de diferentes actores que interactuaran con los visitantes, sobre todo con los más pequeños", cuenta el director creativo de la muestra, Jordi Serra.
Nada más entrar, el cocinero de la fábrica da la bienvenida, explica la historia de la fábrica y conduce hasta el inicio de la exhibición, donde en cada sala esperará otro personaje diferente que contará una pequeña historia. "Tenemos a Salti, al que le encanta saltar sobre los cupcakes porque a través de ello se monta la nata; está Nuba, a quien le chiflan las nubes, y el mismísimo fabricante de chocolate con una máquina propia de la que salen las chocolatinas", añade Serra.
La muestra cuenta con cinco salas: la villa de chocolate como introducción a este goloso universo; el salón de los cupcakes, con camas elásticas y toda una narrativa ambiental; la piscina de bolas, también conocido como ‘el jacuzzi de los trabajadores’ de esta insólita fábrica; el mundo de las nubes, y la propia fábrica de chocolate, la guinda del pastel, el lugar del que sale el chocolate que allí se elabora.
Tras el éxito de las experiencias Mad Hatter y Candlelight, Fever decidió apostar por la idea de Serra de crear este espacio inmersivo: "Nos pareció una idea original, pensamos que podría funcionar genial en Madrid, así que nos pusimos manos a la obra", cuenta Santiago Santamaría, responsable de comunicación.
El museo no ha sido creado solo para pasear y comer al final de la visita, sino que también se puede tocar, saltar y sobre todo posar, ya que la idea de La fábrica de chocolate es jugar con las obras creadas por los artistas además de, por supuesto, compartirlas en Instagram.
Debido a la situación actual por la pandemia el museo cuenta con todas las medidas de seguridad. "En ningún momento podemos bajarnos la mascarilla, de ahí que las chucherías y chocolate que damos sea al final de la visita. También hay gel hidroalcohólico repartido por cada sala, y se entra por grupos de diez personas con un espacio de separación entre ellos de siete minutos, para que no coincidan en las salas", comenta Serra.
El recorrido se completa entre 45 minutos y una hora, ya que "entre jugar, ver las cosas, escuchar las historias y hacer fotos, es la duración media de todas las salas".
Nada más cruzar el dintel que adentra en la Fábrica de Chocolate el visitante se traslada a un mundo ambientado en los dulces y el chocolate en el que viven una aventura de fantasía y muchas sorpresas que durarán, de momento, hasta junio.
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