Un cambio radical
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No solo las historias y las interpretaciones, creadas y cinceladas con precisión, son las señas de identidad del cine de Pedro Almodóvar, también su escenografía y vestuario, que imprime esa paleta de colores tan personal, con diseños divertidos y atrevidos, y ese toque ‘almodovariano’ que impregna toda su filmografía. El mundo de la moda va ligado directamente a la obra del manchego. Así lo acaba de confirmar, una vez más, con el imponente vestido de la casa Balenciaga que luce Tilda Winton en 'La voz humana', corto con el quevolvió a deslumbrar en la 73ª edición del Festival de Venecia.
Este último proyecto era una “caprichito” que llevaba años rondándole la cabeza. Una adaptación del texto de Jean Cocteau, al que la escocesa da vida con una puesta en escena imponente, donde las líneas del modelo y el exagerado volumen del miriñaque, junto al intenso rojo y el brillo de su tejido, que contrasta con el gris del escenario industrial, centran la atención visual del espectador."Balenciaga ha resultado ser el auténtico custom designer (diseñador de vestuario) de la película porque ella luce los dos vestidos rojos de la secuencia cero,y luego uno negro y uno azul", le reconoció a Carlos del Amor (Telediario).
El diseño de la colección de prêt-a-porter de primavera-verano 2020 de la firma del maestro de maestros español parece hecho a la medida de la última ‘chica Almodóvar’, primera en lengua inglesa. La oscarizada actriz (Michael Clayton) aparece en el segundo escenario con un dos piezas de pantalón y jersey también en monocolor encarnado. Sonia Grande, que ya trabajó con Pedro en Julieta, Los abrazos rotos y Hable con ella, fue la directora de vestuario la elegida para este primer relato breve de la trilogía que cerrarán Extraña forma de vida y una distopía sobre un mundo sin cine.
La moda es un elemento más en la obra del cineasta español más laureado y reconocido por la industria, una herramienta emocional que trata con esmerado cuidado para crear esa estética tan peculiar. Sus protagonistas, habitualmente mujeres, son personajes poderosos y con un enorme impacto visual, por eso la indumentaria es tan importante en la creación de la historia, que puede ir del vestuario rural de algunas de las cenas de Volver y Dolor y gloria a la elegancia de Tacones lejanos o la estridencia de Kika.
Pepi, Luci, Bon y las chicas del montón, su primera película en 1980, fue una declaración de intenciones con los divertidos y poco discretos diseños de Francis Montesinos, con el que repitió después en Matador. Luego llegaron Antonio Alvarado y Sybilla para La ley del deseo y las colaboraciones con Jean Paul Gautier (Kika y La mala educación), Chanel (Tacones lejanos y Los abrazos rotos), Dior (Julieta), Versace (Kika), Giorgio Armani (Tacones lejanos), los modelos de David Delfín, Dolce & Gabbana y Gucci para Los amantes pasajeros o los de Marc Jacobs y Prada que aparecen en Volver.
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