La sonrisa de Eugenia
'In the air'
La hija de la recordada duquesa de Alba acaba de cumplir 53 años y, aunque no ha organizado fiesta, tiene muchas cosas que celebrar: su unión con Narcís Rebollo y su hija Tana sobre todo.
Eugenia Martínez de Irujo está en su mejor momento. El último viernes, 26 de noviembre, la duquesa de Montoro cumplió unos estupendos 53 años y lo ha hecho más feliz que nunca. Y es que la diseñadora de joyas está pletórica: su matrimonio con Narcís Rebollo va viento en popa; su hija Tana se ha convertido en toda una mujer; las relaciones con sus hermanos se han normalizado, como demuestra el abrazo entre su hija y su hermano Cayetano en la última misa homenaje a la duquesa de Alba, y triunfa como empresaria ya que sus dibujos ilustran desde mascarillas hasta artículos de papelería.
La sonrisa que acompaña a la hija de la recordada duquesa de Alba en sus últimas apariciones públicas es fiel reflejo del buen momento que vive. Aunque, por ahora, ha cancelado su fiesta de cumpleaños, tiene muchas cosas que celebrar y piensa hacerlo. Dos de los responsables de su sonrisa son su marido, Narcís Rebollo, y su hija Tana. La duquesa de Montoro no duda en gritar a los cuatro vientos que “Narcís es una gozada de hombre” y la relación con su única hija es muy especial y están muy unidas.
La muerte de su padre, con tan solo 52 años, hizo que la relación con su madre fuera más especial. El fallecimiento de Cayetana de Alba la sumió en una gran tristeza y sensación de soledad, que tan solo con el paso de los años ha ido mejorando. De su madre ha heredado su amor por los animales, como muestra habitualmente en sus redes sociales.
Eugenia es polifacética y, además de diseñar joyas, ha conseguido que sus dibujos estén por todas partes desde kimonos, a mascarillas o su nueva línea de artículos de papelería. La duquesa de Montoro también nos ha sorprendido con su faceta más desconocida y, hace unos años, debutó como actriz en la serie de Paco León, Arde Madrid.
Hace unos días la hija de la duquesa de Alba se colocaba en el ojo del huracán al ser una de las grandes ausencias de la misa en homenaje a su madre, celebrada en la Hermandad del Cristo de los Gitanos en Sevilla y organizada por su hermano, Cayetano Martínez de Irujo, con el que por fin se ha reconciliado aunque él vaya por libre en numerosas ocasiones.
A su decisión de no acudir a la llamada de su hermano no le ha dado mayor importancia, dando continuidad a su agenda a lo largo de esta semana según lo previsto. Eso sí, parece encantada por la entrañable relación entre su hermano y su hija Tana, quien no faltó al tributo a su abuela. “Me encantó (…) La niña es mucha niña”, confesó, refiriéndose al abrazo entre tío y sobrina a las puertas del templo inmortalizado por los fotógrafos y que ha logrado acaparar titulares de todo el país por lo especial y emotivo del momento.
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