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La vida de tragicomedia de Enrique San Francisco

Drogas, muerte, pero también anécdotas divertidas copan las andanzas de este actor de 62 años, 'superviviente' de la movida de los 80.

Quique participa en la actual edición de 'Ven a cenar conmigo', en Cuatro.

Primer plano del actor Quique San Francisco, de 62 años. / Mediaset
Fátima Díaz

30 de diciembre 2020 - 05:07

La biografía de Enrique San Francisco da para varias películas; autoproclamado último baluarte del denominado 'cine quinqui' de los 80, sus anécdotas, amistades, detenciones, robos y su incursión en el ejército nos llevan de sorpresa en sorpresa. A sus 62 años, Quique muestra una nueva imagen, entre divertida y sombría en Ven a cenar conmigo, el programa en el que participa. San Francisco es la imagen de los buenos y los malos años del espectáculo. Es la cara de las tropelías, los desmadres y los chascarrillos. Por su vida, llena de altibajos, han pasado las situaciones más surrealistas que un espectador puede imaginar. Las drogas, su noviazgo con Rosario Flores hace tres décadas, su relación de amistad con su hermano Antonio y con la familia Flores, la muerte. Todo se une en una conversación con él en la televisión, que da para tantos titulares como preguntas.

Enrique, con el resto de participantes de 'Ven a cenar conmigo. Gourmet Edition'. / Mediaset

A los 13 años empezó su aventura madrileña. Siendo un adolescente viajó a la capital para convertirse en actor con mil pesetas en el bolsillo. Una pensión, en la que también vivió Imanol Arias fue su hogar al principio. Durante un tiempo vivió entre habitaciones alquiladas y hostales mientras intentaba hacerse un hueco en el mundo de la interpretación. Cuando cumplió 17 años conoció a su padre, el actor Vicente Haro, y dejó los alquileres para vivir con él. Aunque poco tardó en abandonar el hogar paterno y a los dos años se independizó. Durante un tiempo, sus hogares eran los que tuviera con sus parejas, como Rosarillo, con la que compartió casa. Al tiempo se mudó otra vez con su padre.

Quique, en una de sus películas.

En su vida sentimental sólo cuatro mujeres han sido importantes. Dos de ellas tenían hijos y él los crió como si fueran propios. En alguna ocasión ha confesado nostalgia por no tener hijos propios, porque lo que más le gustan son los animales y los críos.

Enrique y Rosario, en la década de los 80, cuando mantuvieron una relación sentimental.

El año que murió Franco, Enrique San Francisco entraba a la mili en Canarias. Él fue quien pidió entrar al servicio obligatorio, pero cuando fue a reclamar su sitio le detuvieron. Le habían estado buscando y no le encontraron, eso bastó para que le detuvieran antes de entrar a la mili. Cuando acabó la mili, se alistó voluntario en la Legión como francotirador. Fue su madre la que le dio un tirón de orejas; se presentó delante del actor y le convenció de que abandonara el ejército. Después de sus experiencia militar decidió viajar y se fue a Estados Unidos.

El actor ha pasado varias veces por el calabozo. También conoce cárceles internacionales, en concreto la de Nepal. San Francisco estuvo viviendo durante un año en el país asiático. Cuenta que él era consciente de que la vaca es un animal sagrado pero desconocía la fe hacia el mono. En una ocasión estaba él comiendo, con un plato encima de la mesa cuando un mono saltó encima de su comida. Él le dio un manotazo y enseguida aparecieron dos agentes y le llevaron a prisión. Allí pasó cinco días, hasta que pagaron la fianza. No fue la única vez que estuvo en una cárcel en Nepal. La segunda fue por un paquete de galletas que compró con gusanos. Cuando fue a reclamar, pegó al dependiente y volvieron a meterle en el calabozo.

El humorista es un amante confeso de las motos. En 2002 sufrió un grave accidente del que todavía hoy tiene secuelas. Iba en su moto por Madrid cuando un coche le chocó contra la parte trasera de su vehículo a la altura de la plaza Neptuno. El impacto fue tal que se enfrentó a una operación de once horas y tuvo que quedarse durante siete meses tumbado. Las consecuencias del accidente no terminaron ahí; tuvo que estar un año y medio en una silla de ruedas antes de enfrentarse a la rehabilitación y pasar el mismo tiempo con muletas. Durante ese periodo se enfrentó a ocho operaciones, necesarias para quitar los clavos y las placas de la primera. Llegó a llevar 17 clavos en la pierna.

Enrique, en silla de ruedas tras su accidente de moto, con su amigo Jorge Sanz.

Cuando el actor comienza a hablar parece que no podrá superar una anécdota anterior. Pero nunca es así. Uno de los episodios más curiosos ocurrió cuando le detuvieron por estar en busca y captura. Según cuenta, cuando todavía estaba en silla de ruedas por el accidente, fue a una comisaría a renovarse el DNI. Al salir había cuatro policías esperándole y le anunciaron que sobre él pesaba una orden de búsqueda y captura. La situación parecía grave, pero no fue así. El cómico, al recordar este episodio en su última visita a El hormiguero, se reía al contar que la orden se le impuso por no presentarse a una citación frente al juez. "Me intentaron meter en el coche de policía, pero no entraba con la silla, les dije que me tenían que incorporar entre los cuatro agentes y meterme a lo largo en el coche". Al llegar a comisaría los policías le recibieron diciéndole: "Pero Enrique, ¿otra vez?" Genio y figura.

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