La ventana
Luis Carlos Peris
Realidad tras unos sueños infundados
Delphine Boël se reunió el pasado domingo con su padre biológico, Alberto II de Bélgica, y con su esposa, la reina Paola, en un encuentro que marca un hito en su relación tras el litigio judicial de años litigio judicial de añosde la artista por hacer que el rey emérito reconozca su paternidad. Según informó la casa real belga, esta reunión marca el inicio del "perdón, la recuperación y la reconciliación".
"Este domingo 25 de octubre se abrió un nuevo capítulo, lleno de emociones, de alivio, de comprensión y, también, esperanza", manifestaron en un comunicado que lleva la rúbrica de los tres. La nota añade que "después de la agitación, las heridas y el sufrimiento, llega el momento del perdón, la recuperación y la reconciliación. Es el camino, paciente y a veces difícil, que hemos decidido emprender juntos", agrega el comunicado respecto al esperado encuentro entre el rey y su hija biológica, fruto de su relación extraconyugal con la baronesa Sybille de Selys Longchamps, descendiente reconocida por la Justicia que ahora recibe el tratamiento de Alteza Real.
La reunión tuvo lugar en el Castillo de Belvedere, una de las residencias de la familia real belga situada a las afueras de la capital. "Fue un encuentro durante el cual cada uno de nosotros pudo expresar, tranquilamente y con empatía, nuestros sentimientos y nuestras vivencias", aseguraron conjuntamente los tres participantes. Este nuevo episodio marcará el inicio de la relación entre el rey emérito y la artista, de 52 años, quien recientemente fue reconocida como princesa de Bélgica. "Estos primeros pasos allanan el camino que ahora nos corresponde a nosotros seguir pacíficamente", concluye el escrito.
El primer acercamiento entre Alberto II y su hija se produjo después de que, a mediados de este mes de octubre, el rey Felipe de los belgas se reuniera con su hermana por parte de padre en lo que calificaron como un "cálido" encuentro en el que, según informaron ambos, hablaron sobre sus vidas e intercambiaron intereses comunes, una cita que el emérito apoyó "sin reservas".
No obstante, este capítulo marca un punto de inflexión en la relación entre ambos, que durante siete años estuvieron embarcados en una ardua batalla legal.
En 2013, la artista Delphine Boël, apellidada ahora de Sajonia-Coburgo, presentó su primera demanda de paternidad al emérito, pero no fue hasta principios de octubre cuando, tras la decisión favorable de la corte de Bruselas que examinaba la petición, fue oficialmente reconocida como princesa del país.
Con la sentencia a su favor, la nueva princesa pidió ser tratada "igual" que sus hermanos y reconoció, en su primera rueda de prensa con los medios, que "estaría encantada" de encontrarse con la familia real belga siempre que fuese invitada de buen grado "y no porque estén obligados".
Apenas veinte días después de estas declaraciones, Delphine de Sajonia-Coburgo pudo encontrarse con su padre biológico en el Castillo de Belvedere.
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