La duquesa pospone su luna de miel

Fue una boda entrañable y popular. La duquesa de Alba montó una auténtica fiesta en Sevilla y España entera para celebrar su boda con Alfonso Díez. El único suceso que enturbió este feliz acontecimiento fue el estado de salud de la hija pequeña de Cayetana, Eugenia, ingresada en la clínica Ruber de Madrid por un brote de varicela el mismo día en que su madre dio el 'sí quiero' al que desde hace tres años es el hombre de su vida. Ante lo inesperado del suceso, el enlace no se pudo suspender. Aún así, la duquesa llamó hasta doce veces al hospital en que se encontraba su hija para preguntar por su evolución. Al día siguiente por la mañana (ayer jueves), hizo las maletas y se trasladó hasta Madrid para estar con Eugenia. Un gesto que cualquier madre conoce bien.

De hecho, los medios apuntaban ayer que la duquesa de Alba y Alfonso han aplazado su luna de miel hasta que la hija de ella se encuentre mejor o, al menos, hasta que le den el alta hospitalaria. Pese a que no tenían previsto viajar a Tailandia hasta el mes que viene, la pareja sí tenía previsto pasar estos primeros días de casados en alguna de las propiedades que la Duquesa tiene en nuestro país, quizás en su finca de Córdoba, El Carpio, una de las más desconocidas y en donde el recientemente formalizado matrimonio podría descansar y tomar fuerzas para su próxima estancia en el extranjero.

Según un parte médico emitido ayer por el Ruber Internacional, Eugenia Martínez de Irujo mejora, aunque lentamente, de las fiebres tan altas motivadas por la varicela que ha contraido. "El día 5 de octubre actual ha ingresado en el hospital Ruber Internacional doña Eugenia Martínez de Irujo Fitz James Stuart afectada de varicela con participación cutánea y mucosas", comienza el informe médico. "Dada las características de riesgo de contagio, permanece en una habitación de aislamiento. La evolución clínica hasta el momento sigue en curso estable con ligera mejoría", continua el escrito, firmado por el doctor Antonio Pardo, jefe del servicio de Medicina Interna y por la doctora Paula Álvarez.

Ayer se esperaba captar a Cayetana y Alfonso entrando en el hospital para ver a la duquesa de Montoro. Al cierre de esta edición, esa imagen aún no se había visto, aunque también es posible que la pareja, sabiendo la trascendencia de ese momento, hubiera decidido aplazar su visita o, simplemente, entrar por la puerta trasera para no ser captados por los fotógrafos. Lo que sí es seguro es que la duquesa, sola o acompañada, se desplazó a la capital española ayer mismo por la mañana.

El hecho es que Eugenia, reticente en principio a que su madre se volviera a casar a los 85 años, no pudo estar presente en este momento tan importante y feliz de su vida. Algunos medios de comunicación especularon el miércoles sobre la posibilidad de que fuera una excusa para no estar presente en el enlace. Su hermano Jacobo, de hecho, tampoco lo estuvo. Pero ayer, con la difusión del referido parte médico, las dudas y rumores malintencionados se disiparon completamente.

Aparte de las ausencias, la jornada del miércoles fue inolvidable en todos los sentidos. El baile que se marcó la duquesa a las puertas del palacio de Las Dueñas tras haber contraido matrimonio se convirtió anteayer en uno de los temas más comentados en toda España. Sus curiosos pasos de flamenco fueron las imágenes más buscadas del día en Youtube y uno de los trendig topic de Twitter. Ni que decir tiene que los detalles de la boda (dónde se celebró, quiénes asistieron, qué se sirvió para almorzar) fue trendig topic nacional.

Un enlace que ha derivado en comentarios sobre los invitados, sus modelos y la actuación de la duquesa. Entre otros comentarios, destacan las críticas al vestido de Genoveva Casanova, la ex de Cayetano Martínez de Irujo: algunos dicen que no era el apropiado para una ceremonia de esta magnitud, más bien para un cóctel. El cariñoso abrazo que se dieron Cayetano y Alfonso Díez tras las nupcias también ha dado mucho que hablar. También que fuera Carlos, el primogénito de Cayetana, el encargado de llevarla hasta el altar. Pero parece ser que los hijos, excepto Jacobo, han acabado por aceptar al ya marido de su madre.

De los bailes y de la fiesta posterior se ha hablado mucho. Pero en la ceremonia se produjeron, también, anécdotas llamativas. Como que fuera Fran Rivera el encargado de realizar una de las lecturas durante la eucarístia. La emoción y los gestos de cariño estuvieron a flor de piel y de ello dejan buena constancia las fotos. Una boda para el recuerdo.