Un cambio radical
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Los duques de Sussex, Enrique y Meghan, se despidieron este lunes de sus labores reales con su participación en un servicio religioso en la abadía de Westminster, en Londres, con motivo del Día de la Commonwealth. La pareja, que ha fijado su residencia principal en Canadá (donde ahora está su hijo Archie), asistió al oficio anglicano junto a los duques de Cambridge y otros miembros de la familia real británica, entre ellos la reina Isabel II y el príncipe de Gales con su esposa, la duquesa de Cornualles.
Meghan optó para su último acto como miembro de la realeza por un total look verde que coronó con un pequeño tocado con redecilla en el mismo tono de William Chambers. Calificada como la más elegante de la jornada, la duquesa optó por un vestido con original capa al cuello de Emilia Wickstead, bolso de Gabriella Hearst y zapatos de Aquazzura. Sabiendo que su cuñada sería la gran protagonista de la jornada, la duquesa de Cambridge no se decantó por un estilismo demasiado llamativo y prefirió repetir vestuario, un abrigo de Catherine Walker en color burdeos, de estilo militar y detalles en terciopelo. Un diseño que ya llevó para el servicio religioso de Sandringham en 2018. Lo acompañó de unos salones de ante de Gianvito Rossi y un pequeño clutch a juego. Si la primera vez que lució este abrigo lo combinó con una diadema (uno de sus accesorios estrella), esta vez optó por un tocado floral de Sally-Ann Provan.
Desde noviembre no se veía en público a los 'Cuatro fantásticos' juntos, una imagen que ya no se volverá a repetir en un acto institucional, al menos durante un año, período tras el que se revisará el contrato establecido entre los duques de Sussex e Isabel II.
En los últimos compromisos oficiales de los duques de Sussex ha brillado especialmente Meghan por su simpatía, cercanía y elegancia. En el Festival de Música de Mountbatten, celebrado en el Royal Albert Hall, la nuera del príncipe Carlos estaba radiante con un espectacular vestido rojo con falsa capa en los hombros, un original diseño firmado por Safiyaa. Además, en su visita en solitario a la escuela Robert Clark, en Essex, para celebrar el Día de la Mujer, se fundió en un emotivo abrazo con un estudiante de 16 años rompiendo todas las normas de protocolo. Acompañar a Isabel II en su tradicional misa del domingo ha puesto el colofón a su último sprint como duquesa demostrando que, aunque a partir del 1 de abril ya no serán miembros senior de la realeza inglesa, el cariño familiar sigue intacto.
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