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Dos años del 'Megxit'

Este miércoles 9 de marzo se cumplen dos años de la salida oficial de Enrique y Meghan como miembros activos de la familia real británica.

Analizamos qué ha ocurrido en este tiempo y cómo ha afectado su marcha al resto de los Windsor.

Los duques de Sussex, en su boda, el 19 de mayo de 2018. / Efe
Fátima Díaz

08 de marzo 2022 - 19:05

Fue una ruptura históricaruptura histórica; un paso sin precedentes en la realeza, mucho menos en el seno de la rígida familia real británica. Este miércoles 9 de marzo se cumplen dos años desde que se anunció la salida del príncipe Enrique y de su esposa, Meghan Markle, como miembros activos de la familia real británica. En ese momento, el menor de los hijos del príncipe Carlos de Inglaterra y Diana de Gales y la ex actriz de Suits dijeron adiós a sus títulos de Altezas Reales y a su vida oficial como príncipes al servicio de la corona británica. Eso sí, en este tiempo se han convertido en los nuevos 'príncipes de Hollywood'.

Los duques de Sussex, en marzo de 2020, en su último acto oficial: el Día de la Commonwealth. / Efe

Una decisión largamente meditada

A su regreso de unas vacaciones en Canadá, en enero de 2020, los duques de Sussex vieron claro que querían dar un cambio a su forma de vida y a su manera de trabajar al servicio de la corona. Para ello necesitaban ser libres: libres para ganar dinero, para desarrollar sus tareas públicas y para hablar con los medios de comunicación pero, sobre todo, para desligarse de una vida que no les hacía felices. Huían además de ser el centro mediático y de estar constantemente perseguidos por los paparazzis como le ocurrió a Lady Di, cuyo trágico fallecimiento marcó la adolescencia de los príncipes Guillermo y Enrique para el resto de sus vidas.

Los Cambridge en primer témino, seguidos de los Sussex, en 2020, cuando eran llamados los 'Cuatro Fantásticos' ('The Fantastic Four'). / Getty

Esta renuncia voluntaria tanto a obligaciones como a privilegios provocó un terremoto en el Palacio de Buckingham que dejó al descubierto una dinámica familiar compleja, con distintos intereses, luchas de poder, y filtraciones intencionadas, y también puso a prueba a la máxima autoridad familiar, la reina Isabel II de Inglaterra, que una vez más se tuvo que enfrentar al dilema de ser una abuela comprensiva o una soberana de acero.

"Aunque hubiéramos preferido que siguieran siendo miembros de la familia real a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente", manifestó la monarca entonces en una escueta nota de prensa remitida a los medios. Nadie se había rebelado hasta tal punto bajo su reinado, pero Enrique y y Meghan estaban convencidos de que su felicidad estaba fuera del Reino Unido y salieron exactamente 599 días de después de celebrar su boda en el Castillo de Windsor.

Meghan y la reina Isabel de Inglaterra, presenciando una competición deportiva en 2019. / Efe

Desde entonces se han escrito nuevos capítulos en esta historia. Los duques de Sussex tomaron la palabra en la televisión estadounidense y dieron una entrevista a Oprah Winfrey que dejó a la casa real sin respiración. También han demostrado un buen olfato para los negocios cerrando acuerdos millonarios y en un corto espacio de tiempo consolidaron su presencia e influencia en los Estados Unidos, país en el que ya han recibido importantes reconocimientos. Todo ello a la vez que cortaron los últimos lazos que les unían con la monarquía británica, ampliaban la familia con la llegada de Lilibeth Diana y Enrique sacaba a la luz sus conflictos internos y los problemas derivados de una infancia marcada por la prematura muerte de su madre.

La nueva estructura de la familia real inglesa

Con la marcha de Enrique y Meghan, es obvio que el resto de los Windsor han dado un paso al frente en sus deberes y también en su imagen pública de cara a los británicos. Los príncipes de Gales, Carlos y fundamentalmente Camilla, se han consagrado como herederos y han crecido enormemente en popularidad. Recientemente Isabel II comunicó públicamente su deseo de que la duquesa de Cornualles se convierta en reina consorte por su "leal servicio" cuando ella ya no esté. Así que el futuro está en marcha y Camilla presente en la vida de Carlos (en la sombra) desde la década de los 70, brilla ahora con luz propia y nueva.

Carlos de Inglaterra y Camilla de Cornualles. / Getty

Hay que recordar que cuando Carlos y Camilla se casaron en 2005 a gran parte de la población no le gustaba ella, así que ante tales reticencias la casa real se vio obligada a matizar que Camilla jamás ocuparía el lugar ni el título de Diana. En la actualidad, con paciencia y el paso del tiempo, la perspectiva ha cambiado.

Los príncipes Guillermo y Catalina, en la última gala de los premios de cine BAFTA en Londres. / Efe

Los duques de Cambridge, por su parte, también han estado en primera línea, principalmente durante la pandemia debido a la avanzada edad de la reina Isabel e incluso de su hijo y heredero Carlos. Si Guillermo se ha hizo cargo de buena parte de la agenda oficial de su abuela e incluso de su padre, su esposa, Catalina, ha sido la figura más beneficiada de la despedida de Meghan. Consciente de que el cariño y el respeto de los británicos no es tarea de un día, la futura reina consorte ha aguardado su momento muchos años en un discreto segundo plano. Pues bien, por fin ha llegado. Prueba de ello es que acaba de abrir su agenda en solitario para realizar viajes al extranjero y reunirse con reinas y herederas de otras monarquías europeas. Tanta espera está ya dando sus frutos.

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