La doble cara de la baronesa
Carmen Cervera ha vuelto a sembrar el escándalo con sus 'Memorias' en la revista '¡Hola!' · Su verdadera historia, según textos previos, dista bastante de lo que ella misma suele contar a los medios de comunicación
Aunque siempre ha asegurado que nació en la calle Pedralbes de la localidad barcelonesa de Sitges, lo cierto es que su llegada al mundo se produjo en la calle Princesa número 55 de Ciutat Bella. Su madre, a la que todos conocen como Carmen Fernández de la Guerra, se llamaba en realidad Carmen Fernández Álvarez con lo que, su supuesto cargo nobiliario herencia de Garcilaso, no sería auténtico. Poseedora de un pasado humilde, del que se comenta ella está avergonzada y donde figura un padre taxista, según algunas voces (regente de un taller mecánico, según otras), María del Carmen Rosario Soledad Cervera Fernández, Carmen Cervera, Tita como apodo cariñoso, ha vuelto a ese centro de la polémica del que nunca ha salido del todo.
Miss España 1961, esposa del actor Lex Barker -el inolvidable Tarzán del séptimo arte-, y de Espartaco Santoni, cuya boda quedó anulada por la bigamia de él, fue el matrimonio con el barón Hans Heinrich Von Thyssen, el que la consolidó en una posición social desde la que ha ido echando raíces hasta nuestros días, convirtiéndose en una de las más importantes coleccionistas de obras de arte del mundo. Sin embargo, pocos recuerdan de ella romances como el que dicen mantuvo con Al Pacino o "amistades" con grandes estrellas como Dean Martin, Frank Sinatra o Marilyn Monroe.
La vida de la baronesa Thyssen transcurre, al parecer, entre la realidad y la fantasía, tal y como demuestran publicaciones como Una historia sin título o Carmen Cervera. La baronesa, escritos respectivamente por Concha Calleja, el primero, y Teo Lozano y Goya Ruíz, el segundo. Así, Calleja -profesional especializada que también ha indagado en el pasado de otros personajes célebres como la duquesa de Alba-, tras recibir la disposición inicial de nuestra protagonista para colaborar en una publicación al respecto de su vida, se encontró con la repentina negativa de Tita en el mismo momento en el que ésta descubrió el exquisito rigor de la periodista a la hora de contrastar los datos que necesitaba para trabajar. Así, la amabilidad con la que en principio fue recibida Concha cambió de repente al recibir la llamada de Inmaculada Spencer, secretaria de la baronesa, desautorizándole a unas intenciones literarias a través de las que incluso se llegó a saber que, un cuadro de Zurbarán que se exponía en el Monasterio de Pedralbes, era falso.
Por su parte, los mencionados Lozano y Ruíz, llegaron mucho más lejos, destapando el escándalo de que, presa de la desconfianza, Carmen Cervera mandó investigar a su nuera, Blanca Cuesta -modelo y auxiliar de clínica-, por sospechar que estaba dilapidando la fortuna de su hijo Borja (sobre el que, por cierto, se ha aclarado definitivamente la paternidad de Manuel Segura). Una detectivesca jugada que, a su vez, la baronesa ya habría sufrido por parte de los herederos de su difunto, Heini Thyssen, empeñados en buscar informes que situaran a la baronesa entre la espada y la pared. Todo fue en vano. Borja Thyssen, apellido que recibió tras las muchas insistencias de su madre a su padrastro, se casó con la que es madre de su hijo, Sacha, nieto de una abuela que, de continuo, ha dudado acerca de sus auténticos orígenes.
Y es que, si lo pensamos detenidamente, el patrimonio en juego es inconmensurable, figurando en él una mansión en La Moraleja, una casa en Marbella, una vivienda en San Feliu de Guíxols (Gerona), una torre heredara del mencionado Lex Barker, inversiones diversas... Incluso Javier Báñez, su íntimo amigo y antiguo profesor de kárate de Borja, recibió de Tita 100 millones de pesetas para poder pagar su divorcio. Son sólo algunos datos acerca de esta mujer que, en la última hora, ha tenido que escuchar cómo sus gemelas adoptadas podrían ser descendientes de su propio primogénito… Rizar más el rizo, imposible.
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