Cuando el doblaje puso de moda a los héroes made in USA
Las sevillanas televisivas de 1976 confirmaban el calado de la nueva generación de series de EEUU con un doblaje realizado por primera vez en España
Kojak, Colombo, McCloud y Banacek tienen poco en común para el resto del planeta. Son series de años dispersos, de impacto dispar y de cadenas y estilos diferentes, aunque forman parte de ese paquete de ficciones de investigadores, llamadas ahora "procedimentales", importadas desde Estados Unidos y que buscaban renovar el entretenimiento televisivo a través de la personalidad de sus protagonistas. Héroes encarnados por figuras conocidas del cine y venidas a menos. Para España ese póker de ases setenteros están reunidos en la memoria más sentimental a través de las sevillanas que convirtieron a Pepe Da Rosa en un fenómeno nacional, en 1976. Le faltó el comisario McMillan de Rock Hudson.
El animador nacido en Argentina llevaba más de un decenio como figura de Radio Sevilla. La recopilación de sus costumbristas momentos más inspirados, de lo castizo a lo picantón, iban glosando discos con "las cosas de Pepe, de Pepe Da Rosa...", que terminaron de expandirse con esas sevillanas a los detectives de la tele y que su esposa le animó a escribir. Es la primera canción comercial que, a modo de Carnaval de Cádiz (Sevilla y Cádiz nunca fueron distantes a diferencia de los tópicos), caricaturiza la pantalla para que la jaleara el personal, que se identificaba en esas rimas que hablan de las colillas del desastroso Colombo o el caballo de McCloud que nunca pisó Chicago, sino Nueva York.
Las series homenajeadas por el gran Pepe fueron algunas de esas primeras producciones extranjeras emitidas por TVE que fueron dobladas en España. Hasta entonces las series de EEUU llegaban con el doblaje neutro hispanoamericano (para refrescar la memoria recordemos las voces de Los Picapiedra o la narración de La pantera rosa). En 1972 comienza el doblaje nacional para la tele, que entonces se antojaba costoso para TVE, y de ahí que Kojak, en el horario estelar entonces de la medianoche de los sábados, alcanzara así mayor repercusión, junto al chupachup que lucía el personaje Telly Savallas para quitarse del tabaco. No, nunca tuvo que investigar el robo de un camión de chirimoyas.
En unos retazos las sevillanas de Pepe llevaron a una efímera inmortalidad al calvo detective de Manhattan, una producción de la CBS que duró 6 temporadas y que en España tuvo su mayor esplendor en 1975. Las otras tres series formaban parte de la saga NBC Mistery Night, que en TVE, tras el fútbol de los domingos (en verano, por la tarde), se tituló Estrenos TV, y donde al final cupo de todo. Colombo (Columbo) fue la más carismática y dio al tuerto de Peter Falk mayor popularidad que con sus películas, con dos etapas (71-78 y 89-91). Steven Spielberg llegó a rodar incluso algún capítulo del tío de la gabardina que cuenta con el off más glorioso de la tele, su mujer.
McCloud, a mayor gloria del siempre vaquero Dennis Weaver, que cabreaba a su jefe en la ficción, tuvo un lento declive durante siete temporadas.
Y Banacek sólo tuvo un puñado de capítulos. A George Peppard, aquella pareja de Desayuno con diamantes, le aguardaba un epílogo glorioso como Hannibal en El equipo A. Pero su mayor honor es que Pepe Da Rosa le cantara... "Ni Coyac, ni Colombo, ni Maclaud, arg, que venga Banachec".
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