Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Príncipe de Gales
El príncipe Guillermo reaparecía este miércoles en un acto de imposición de distinciones a figuras destacadas en el castillo de Windsor. Un acto oficial que le hubiera correspondido a su padre y que semanas atrás se encargó su tía, la princesa Ana, ante la ausencia de ambos.
Esta investidura ha sido el primer acto al que acude Guillermo de Inglaterra como regente y tras la operación de su mujer, la princesa Catalina, hace ya casi tres semanas, de una histerectomía, la extirpación del útero. El postoperatorio fue complicado y llegó a temerse por su vida. Su marido fue visto a la llegada al hospital con una cara de evidente preocupación. A su vez ha sido su primera aparición tras anunciarse que su padre, Carlos III, sufre cáncer.
Este anuncio del pasado lunes ha precipitado los acontecimientos. El príncipe de Gales esperaba estar más días junto a su mujer, que está recuperándose y que estaría de baja hasta el mes de abril.
Desde la cama la princesa de Gales ha retomado sus proyectos de solidaridad. El príncipe heredero ha aparecido con aspecto cansado y con evidente pérdida de peso. Lo inesperado de asumir las obligaciones de su padre le ha afectado de forma visible, ya que el monarca se ausentará durante un tiempo indeterminado para ser tratado del cáncer (no se ha especificado el órgano para no acrecentar especulaciones ni mayor alarma popular).
El príncipe Guillermo asume funciones de jefatura de Estado a la espera de lo que suceda, al igual que la reina consorte Camila, que ha reabierto y aumentado su agenda para sustituir a su marido en determinados actos. La situación de provisionalidad preocupa en el Reino Unido y es un momento aún más difícil que los últimos meses de enfermedad de Isabel II en el verano de 2022.
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