La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
El trayecto vital iniciado por Meghan Marke y el príncipe Harry fuera de la realeza británica resulta, por lo menos en estos primeros lances, muy suculento. Los duques de Sussex acaban de recibir sus primeros honorarios desde que decidieron poner tierra de por medio y empezar una nueva vida desvinculados de las obligaciones reales. Según el diario The Times, el matrimonio habría recibido 920.000 dólares (un millón de dólares) por una conferencia celebrada en Miami y organizada por la empresa financiera JP Morgan.
Una charla en la que el nieto de Isabel II dio las claves de la terapia que le ayudó a superar sus problemas de ansiedad tras la muerte de su madre, Lady Di, y su esposa se decantó por relatar la devoción que siente por su marido. Dos cuestiones que no atisban un enorme esfuerzo de preparación y con la que se volverán encantados a su nueva residencia en Canadá.
Además, según The New York Post, Meghan tuvo la oportunidad de codearse con parte de sus colegas de profesión, ya que estaría barajando su vuelta a los sets de rodaje. Después de la ponencia, la pareja disfrutó de una cena con Jennifer Lopez y Alex Rodríguez en un lujoso restaurante de Miami. Una invitación que iría acompañada de una nueva reunión con sus respectivos hijos en su millonaria residencia en la capital de Florida.
No obstante, su futuro económico se ha tornado en los últimos días bastante incierto porque los canadienses no están dispuestos a sufragar los gastos de su nueva residencia y menos, la seguridad. Según una encuesta publicada días después del anuncio de su marcha de Reino Unido, realizada por la empresa Angus Reid, el 73% no quiere que el erario público asuma los costes del hijo el príncipe Carlos y de su familia.
La pareja, que habría contratado los servicios de la agencia Fame By Sheraaz, ha decidido iniciar una nueva vida en un país, que, pese a ser una monarquía parlamentaria, muestra una enorme desafección hacia la corona. El 66% de los encuestados considera que la realeza ha perdido relevancia y el 45% cree que en el futuro no debería ser una monarquía constitucional.
Aunque el sondeo no es muy halagüeño para los miembros de la realeza, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, confirmó a la soberana británica que el tesoro público asumiría parte de los costes de su nueva residencia (se desconoce la cantidad), aunque no hay información con respecto a los costes de seguridad, estimados en más de un millón de euros.
Mientras se dirimen estos ajustes, Markle, Harry y Archie deberán afrontar en pocas semanas su regreso a Londres para conmemorar celebraciones de la Commonwealth que tendrán lugar el 9 de marzo en Westminster, momento que volverá a ser analizado con lupa por la prensa británica, sobre todo, aquella que se ha mostrado totalmente contraria a su ruptura real.
Su destino tras este compromiso es incierto, pero la pareja parece imparable en su empeño de convertirse en una marca que les reporte por sí misma la holgadísima independencia económica a la que aspira. Él cobraría desorbitadas cantidades como orador y ella, entre otros proyectos como actriz, tendría previsto un acuerdo con la firma Givenchy. Según The Guardian, la firma del matrimonio estaría valorada en la friolera de 400 millones de euros, eso sí, esta determinación, sin vuelta atrás, está muy lejos de la exposición mediática que tanto recelo les provoca porque será precisamente esa fama de la que dependerá su porvenir y el de su hijo.
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