La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
Cura de la jet y cura del pueblo. Cura de alzacuellos y de traje con corbata. Cura de bullas de Semana Santa y de balcón VIP. Cura ubicuo, risueño, de misas restringidas y de grandes celebraciones, de visitas al Palacio de las Dueñas, a la Casa de Pilatos y a un rosario de casas de apellidos largos, y cura de funerales de hombres de campo, de ponerse a trabajar con las hermandades de su pueblo y de presidir las celebraciones íntimas de sus amigos de toda la vida. Un cura que va en moto o en coche, que se deja ver en la plaza de toros, que no parece cura y que sí lo parece al mismo tiempo. Quien ha asistido a una ceremonia oficiada por Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp (Sevilla, 1973) sabe de su don de gentes, de su oratoria, de su verbo facílismo.Y quien lo conoce, sabe que el Cura Ignacio es más que un cura. Es todo un personaje.
Aficionado a las cofradías, a las noches sevillanas, a las redes sociales como Facebook, al cultivo de las amistades. El cura que hoy casa a la duquesa de Alba es un relaciones públicas nato en Sevilla y en madrid. Hay quien dice que es el cura de la aristocracia, lo que los envidiosos no le perdonan, pero le viene de cuna. Y bien es verdad que su figura no se puede reducir a capellán de marquesas y tiros largos. Sería una visión sesgada. Es un cura también de muchas prédicas en los pueblos, de muchos casamientos y de mucha atención diaria a sus feligreses.
Formado en Toledo y Sevilla, plazas de primera en el escalafón de los seminarios. Licenciado en Teología. En sus inicios como novillero del clerygman trasteó como coadjutor en una parroquia de Arahal con nombre de agrupación musical. Después vivió la confirmación de su alternativa como párroco en Alcalá del Río, donde aunó a las dos mitades cofradieras del pueblo para trabajar conjuntamente. No ha dudado en tirar de sus grandes amistades, como la duquesa de Alba, para conseguir dinero para la restauración de bienes eclesiásticos. Su curriculum demuestra que maneja con sobrada habilidad el sable para las buenas causas.
Sánchez-Dalp ha sido pregonero de la Semana Santa de Sevilla. Pronunció un texto que obtuvo muy buena crítica. Demostró su condición de cofrade de a pie. Cofrade antes que cura, tuvo la suerte de contar con el asesoramiento del escritor Antonio Burgos y del poeta Joaquín Caro Romero.
Criado en familia numerosísima. Peregrino reciente a Tierra Santa con monseñor Asenjo. Párroco en Alcalá de Guadaira. Es un auténtico referente de eso que se llama sociedad sevillana.
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