La chica que compartía piso con un príncipe

La chica que compartía piso con un príncipe
La chica que compartía piso con un príncipe
Gema Amil

29 de abril 2011 - 01:00

Nació con enormes privilegios y llamado a reinar, pero eso no impide que el príncipe Guillermo sea un tipo con los pies en la tierra. Aguardado desde que llegar a este mundo el 21 de junio de 1982, el joven -segundo en la línea al trono británico- fue un estudiante regular, al que le encanta estar rodeado de amigos, pasar ratos con su familia y disfrutar del día a día. Vivir, al fin y al cabo, como cualquier chico de su edad. Aún así, él sabe bien que eso es muy difícil y, aunque sólo usa traje cuando es necesario, cumple con sus obligaciones reales con gusto y profesionalidad. Guillermo -sin el príncipe, como le gusta que se dirijan a él- odia las medidas de seguridad. Un fiestero de pocas fiestas, que creció rápido cuando su madre, Diana de Gales, falleció trágicamente cuando sólo tenía 15 años. Precisamente, fue ésta quien siempre quiso y se esforzó para que sus hijos llevasen una vida normal; algo en lo que también incidió, aunque en menor manera, su padre, el príncipe Carlos.

Durante sus años en la Universidad de St. Andrews mantuvo una típica vida estudiantil, disfrutando de buenos momentos con sus amigos. Allí conoció al amor de su vida, la que hoy se convertirá en la princesa Catalina de Inglaterra. Su buena amiga, confidente y compañera de piso durante sus estudios, de la que se enamoró años después, en 2003, y se volvió inseparable.

Kate Middleton creció en Berkshire y es la primogénita de dos currelantes emprendedores. Sus padres, Carole y Michael, han amasado una auténtica fortuna gracias a una empresa que fundaron en 1987, por la que sus tres hijos han recibido la educación más exquisita. Catherine creció correteando como una niña más, e igual algún día soñó con convertirse en princesa. Y desde luego su estilo, maneras, fotogenia y espontaneidad le han servido para conseguirlo. Perseguida por los paparazzi desde que empezara a salir con el nieto de Isabel II, tiene dones innatos que ha dado un giro a la Familia Real británica: su frescura y naturalidad. Ahora, toda una mujer, ya no tiene la fama de paciente que la hizo famosa (Waity Katy para muchos) y se ha convertido en el sueño de millones de chicas. Guillermo y Catalina, dos príncipes reales.

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