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Una ceremonia sin los nietos

Salvo los hijos de la duquesa, el resto de asistentes eran amigos y familia del novio.

l Interior de la capilla de Dueñas, minutos antes de comenzar la ceremonia, con los padrinos (el duque de Huéscar y Carmen Tello) en primer plano.
Carlos Navarro · Fátima Díaz

06 de octubre 2011 - 01:00

Fueron pocos (32 personas) pero lo pasaron en grande. La duquesa de Alba y Alfonso Díez reunieron para sus nupcias a un reducido y curioso grupo de invitados. Lo de reducido ya lo había anunciado Cayetana. Lo curioso es que junto a ex nueras y actuales parejas no asistieran los propios nietos de la duquesa. De ahí que la fecha elegida para el acontecimiento fuera día lectivo, y no fin de semana.

El habitual -en estos eventos- desfile de modelos sobre la alfombra roja se vio truncado por la decisión de numerosos invitados de acceder al palacio de Las Dueñas a bordo de sus coches. Tan sólo Cayetano Rivera y su novia Eva González, quien vestía un discreto modelo de Antonio García en azul verdoso acompañado de bolso, zapatos y guantes en nude, exhibieron en todo su esplendor sus galas. Al igual que Fran Rivera, que también tuvo la deferencia de bajarse de su automóvil y hacer a pie los últimos metros hasta la entrada de Las Dueñas.

Los diseñadores del vestido de la novia, del de la madrina y los encargados de los exornos florales, Victorio & Lucchino, también hicieron andando la recta final hasta el palacio. De azul y gris respectivamente, en un principio no tenían previsto asistir, pero al final no se perdieron el evento.

La espontaneidad de los amigos de los novios contrastó con la seriedad de los hijos de la novia en el momento de la llegada. Así, Cayetano Martínez de Irujo, el que dicen es el hijo preferido de la duquesa, accedió a Las Dueñas en coche y ni siquiera bajó la ventanilla al pasar ante los fotógrafos y los numerosos medios de comunicación congregados allí para cubrir el enlace de su madre.

Pocos minutos antes había hecho su entrada en el palacio el duque de Huéscar, aunque él lo hizo por la puerta de atrás y por eso la prensa no se hizo eco de su llegada. Curro Romero entró poco después solo, pues su esposa y madrina, Carmen Tello, había accedido antes con el novio, Alfonso Díez.

La ceremonia religiosa, en una de las capillas de palacio, se caracterizó por contener, además del sacramento del matrimonio, una eucaristía que duró casi una hora. Estuvo celebrada por Ignacio Sánchez-Dalp, amigo y confesor de Cayetana, Fernando Reyes y Miguel Ángel Bernal. El grupo Siempre Así se encargó de cantar los temas de la misa, concluyendo con la salve rociera. Fran Rivera realizó una de las lecturas mientras que las peticiones corrieron a cargo de la ahijada del novio, del doctor Trujillo, Isabel de León marquesa de Méritos y Cayetano Rivera.

Al término del oficio religioso, tocaron la rumba Sevilla tiene un color especial, con la que la Duquesa se arrancó sacando a bailar a su hijo Cayetano y posteriormente a los hermanos Rivera.

El almuerzo, de tipo buffet, se desarrolló entre el comedor interior de palacio y la galería. La fiesta duró hasta las seis y media o siete de la tarde.

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