"Nuestra marca representa a Andalucía, por eso no se puede perder"

Pocas firmas representan tan bien la marca Andalucía como La Cartuja de Sevilla. De ahí que resulte increíble que la empresa haya estado a punto de desaparecer en medio de un proceso de liquidación complicado. Suerte que la abogada y empresaria Ana Zapata la rescatara en 2016 y se convirtiera en la mecenas de una fábrica de artesanía de la que salen desde hace la friolera de 180 años vajillas y artículos de loza de prestigio.

No en vano cada detalle, cada asa, cada curva de cada dibujo, se realiza a mano, por lo que cada pieza pasa para su elaboración por al menos 16 manos distintas.

–¿Por qué decidió hacerse cargo de esta empresa?, ¿de qué conocía 'La Cartuja' de Sevilla?

–Nos dedicamos a hacer inversiones y somos unos absolutos enamorados de la marca. Cuando entró en concurso de acreedores, creímos que había que hacer algo para reflotarla, porque en ello nos va que perdure la artesanía, en Andalucía y en toda España. La conozco de toda la vida pues recuerdo a mi madre y a mi abuela cuidando con esmero esas vajillas que formaban parte de nuestras mesas los días de fiesta. El valor que les daban a esos platos, bandejas... se me quedó grabado.

–¿Cómo se plantean el proceso de devolver a la marca su prestigio... e incrementar sus ventas?

–Optimizando los mecanismos. No vamos a modificar los procesos sino que, sin dejar de ser artesanal, estamos invirtiendo en el equipo humano y dando las herramientas necesarias para que puedan hacer su trabajo mejor si cabe.

–Parte de esa estrategia son sus colaboraciones con ilustradores y otros artistas, ¿no?

–Sí, claro, sin perder la esencia de La Cartuja, se trata de actualizar los diseños e imprimirlos de modernidad. Que los jóvenes también se interesen por comprar estas vajillas. Con el Museo Thyssen realizamos una colaboración muy importante, con la marca de telas Gastón y Daniela, Ana Jarén, Carmen García Huerta... y esto es solo el principio. En breve anunciaremos una alianza con una firma muy importante.

–Sevilla, donde se encuentra la fábrica, ¿seguirá siendo el epicentro?

–Por supuesto. La fábrica tenía 13.000 metros cuadrados, pero queremos hacerla más pequeña, más sencilla, para mejorar el rendimiento. También abriremos una tienda en Sevilla que será nuestro buque insignia. Será en el centro y tendrá una parte de museo, de exposición para recibir visitas. Después del verano estará en marcha el proyecto.

–¿Cómo son las colecciones de 'La Cartuja' del siglo XXI?

–Adaptadas a nuestros tiempos. Antes las vajillas eran inmensas, con numerosas piezas (salseras grandes, pequeñas, bandejas de todos los tamaños...) que ya no se usan. Nuestros nuevos trabajos acompañan a escenarios más pequeños, a las familias de hoy en día. En las casas ya no hay sitio para vajillas tan extensas.

–¿Les ha afectado también la pademia?

–Claro, han aumentado las ventas on line. Por otro lado, cada vez buscamos más el bienestar dentro de casa. Por eso hemos desempolvado las vajillas que teníamos guardadas, para disfrutarlas ya mismo. Las reuniones que tanto añoramos llegarán muy pronto, y en nuestra mano está que las mesas nos queden perfectas, que sean inolvidables.