La caída a los infiernos de Arantxa Sánchez Vicario
Juzgados
La extenista pasará mañana por el banquillo acusada de ocultación de bienes junto a su exmarido, Josep Santacana
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Arantxa Sánchez Vicario tiene mañana una importante cita en los juzgados. La tenista más laureada de nuestro país está acusada de ocultación de bienes para evitar el pago de una deuda millonaria. Dicha acusación la comparte con su exmarido, Josep Santacana, al que señala como el responsable de sus problemas financieros. En una entrevista concedida al diario El País, la extenista repasa su particular caída a los infiernos.
“Estaba enamorada. Confié en mi exmarido y me he visto inmersa en esta situación. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora”, ha dicho.
Actualmente Arantxa reside en Miami en una vivienda alquilada junto a sus dos hijos. Ha confesado que los problemas económicos forman parte de su día á día, ya que la mitad de sus ingresos los absorbe el Banco de Luxemburgo. Ya habría pagado casi dos millones de euros, pero aún tiene que seguir haciendo frente a la deuda millonaria. “Doy clases particulares de tenis y, en ocasiones, me contratan para ayudar en la organización de torneos, o como comentarista”, ha explicado.
Sánchez Vicario está plenamente centrada en salir adelante junto a sus dos hijos, su máxima prioridad en estos duros momentos. “Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida. Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando. Mi vida está volcada en ellos. Lo son todo para mí, son los que me hacen seguir adelante”, ha contado.
La tenista, que cuenta con cuatro medallas conseguidas en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Atlanta 96, reconoce que hoy en día no puede vivir del tenis debido a una mala gestión de su patrimonio. “Es muy injusto. Con lo que he ganado, no poder vivir del tenis es un golpe muy duro que no me esperaba. Estoy en una etapa dura de mi vida, pero el deporte me ha ayudado a enfrentarme a las adversidades, a ser fuerte y resiliente. Ganar lo que gané me costó kilómetros corriendo en la pista, horas de entrenamiento, sacrificio y esfuerzo. Me lo tuve que ganar, nadie me regaló nada. Lo que es mío es mío, y de mis hijos”, ha argumentado.
La extenista también ha tenido que hacer frente a diversos problemas familiares. “Después del enfrentamiento, la relación con mi familia se ha ido recuperando. Pero todo lleva su tiempo. Santacana me arrastró a hacer muchas cosas erróneas. Siempre me he dedicado al tenis y nunca supe nada de lo que pasaba. Me he fiado de las personas más cercanas a mí, primero mi padre y después mi marido”, ha señalado.
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