Maribel Nadal, el gran descubrimiento en la boda de su hermano Rafa
La joven fue la más elegante del enlace con un vestido rojo de Rosa Clará, la misma firma que creó el vestido de la novia.
A sus 31 años, sale con el golfista Pep Juaneda, también mallorquín, desde hace seis años.
Maribel, la hermana pequeña (se llevan apenas dos años) de Rafa Nadal, es uno de los pilares fundamentales en la vida del tenista y la responsable de que el pasado sábado se celebrara su boda con Mery Perelló, pues fue ella quien les presentó hace más de quince años. Amigas desde la infancia, es frecuente ver a Maribel y a Mery sentadas juntas en las gradas animando a Rafa en muchos de sus partidos.
No sabemos si a la hermana de Nadal fue a la invitada que le cayó el ramo de novia el pasado sábado, pero sí que fue una de las invitadas más atractivas y elegantes del enlace, vestida con un diseño rojo y largo de Rosa Clará, la misma firma que el vestido de la novia. También que seguirá el camino de su hermano muy pronto, pues lleva seis años de noviazgo con el atractivo golfista también mallorquín Pep Juaneda Grimalt.
A sus 31 años, rubia, con una figura envidiable y gran parecido físico a su madre, Maribel podría ser influencer si quisiera, pero es tan discreta y familiar como su hermano. Igual que Rafa, es una apasionada del deporte, llegó a plantearse dedicarse a ser profesora de Educación Física e incluso se licenció en INEF en Barcelona. Además de practicar el pádel, Maribel se interesa por el mundo de la moda y creó su propia empresa de ropa, Crabclam S.L. Desde hace tres años trabaja en el departamento de marketing del centro deportivo Rafa Nadal Sports Centre de Manacor.
Para la esperada boda de Rafa y Mery, Maribel, quien posee un estilo elegante y sencillo, como demostró el día posterior al enlace con cazadora gris de cuero y total look en blanco con guiño deportivo, quiso que su imagen fuera exclusiva. De ahí, que se decantara por un vestido largo realizado especialmente para ella. Entallado y sin mangas, la hermana del tenista estaba espectacular con una creación en crepé de seda marcada por la sencillez de su patrón, pero con un llamativo tono rojo que se realzaba con unos bordados de pedrería en el escote. La naturalidad también marcó tanto su maquillaje como su peinado, dejando la melena suelta y lisa. Un estilismo que no deja lugar a dudas que podría hacerse un hueco en el mundo del corazón y la moda... si quisiera.
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